BAJO ARAGÓN-CASPE

Los agricultores de Caspe exigen que se termine el canal para poder regar

Los trabajadores del campo llevan 51 años esperando la puesta en marcha de la obra hidráulica.

Los agricultores mostraron una camiseta de protesta.
Los agricultores de Caspe exigen que se termine el canal para poder regar
M. C. RIBó

Aprovechando la celebración del Día del Agricultor en las fiestas patronales de Caspe, los regantes manifestaron, una vez más, su protesta por la paralización de las obras del Canal Caspe, una obra hidráulica que lleva un retraso de 51 años. Ayer se pusieron camisetas reivindicativas en las que se podía leer la frase "queremos regar".


Las primeras obras de este canal se realizaron en la década de los años 60. Era la compensación que se daba a Caspe por la pérdida de tierras de labor debido a la construcción del embalse de Mequinenza. Este canal debía regar 4.500 hectáreas, aproximadamente la misma cantidad de tierra de labor que quedó inundada por las aguas del pantano.


Si bien se construyó el canal, nunca llegó a regarse ni una sola hectárea. A final del pasado siglo se realizó una gran remodelación de aquel canal, que supuso una inversión superior a los 12 millones de euros, si bien entonces se redujeron las hectáreas a 1.200. En ese momento los agricultores mostraron su conformidad y de nuevo se reavivaron las ilusiones para poder regar tierras de secano.


En 2002 se dieron por acabados los trabajos, pero el canal una vez más no pudo llevar agua ya que falta rematar la obra. Las distintas administraciones parecen no ponerse de acuerdo para finalizar este proyecto. Al Gobierno de Aragón le corresponde realizar la concentración parcelaria y los caminos; el Ministerio de Medio Ambiente, por su parte, debería centrarse en el final del canal, que sigue pendiente, y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se haría cargo de los trabajos de elevación de aguas, que tampoco se han iniciado.


Antonio Guardia, presidente de los regantes, aseguró ayer que "este canal sería muy rentable, ya que el coste energético de la elevación es muy bajo y las tierras a poner en regadío solucionarían la baja rentabilidad del secano".