Un aparatoso incendio declarado durante la madrugada de ayer en una vivienda del barrio de San José obligó a desalojar a tres familias, aunque ninguno de sus miembros tuvo que recibir asistencia sanitaria. De hecho, todas estas personas pudieron regresar a sus casas cuando los Bomberos extinguieron el fuego. El único piso que quedó inhabitable fue el siniestrado, que presentaba importantes daños materiales. Sin embargo, en el momento del incendio, sus inquilinos no estaban dentro.

Según informó ayer el 080, el fuego se produjo poco antes de las 4.30 en un inmueble de la calle de María Moliner. La primera en llegar fue la Policía Nacional, que al advertir que por una de las ventanas del segundo piso salían grandes llamas procedió a evacuar a los vecinos.

Cuando los equipos de extinción intentaron acceder a la vivienda siniestrada, se encontraron con que la puerta principal era blindada. Ante esta contingencia, decidieron entrar en el piso por una de las ventanas exteriores, utilizando una autoescala automática de 30 metros. El fuego se había iniciado en la cocina, por causas que todavía se investigan pero que podrían estar relacionadas con una caldera de gas. Pese a la virulencia de las llamas, los bomberos lograron controlarlas con rapidez. El primer ataque se hizo desde la ventana que daba al patio de luces, y el trabajo se remató desde dentro.

El 080 movilizó un total de cuatro vehículos: la autoescala, una bomba urbana ligera, un coche de mando y una ambulancia. El último retén en marcharse lo hacía una hora y ocho minutos después de recibirse el aviso. Y el equipo sanitario no tuvo que asistir a ninguno de los vecinos.

Como desde un principio se pensó que el incendio podía estar relacionado con una caldera de gas, ante el temor a una posible explosión, los técnicos cortaron enseguida el suministro a la comunidad. Los servicios de inspección municipales también se desplazaron hasta el lugar de los hechos para revisar el inmueble.