PATRIMONIO HISTÓRICO

Fotografían en globo el yacimiento de Valdeherrera

Las tomas aéreas completarán la información sobre la excavación y servirán para hacer cartografías de las zonas arqueológicas.

Los topógrafos manejan el globo aerostático teledirigido, ayer en Valdeherrera.
Fotografían en globo el yacimiento de Valdeherrera
C. SáENZ

Un globo aerostático teledirigido sirvió ayer para fotografiar el yacimiento arqueológico de Valdeherrera. El aerostato empleado no es de gran tamaño (tiene un metro y veinte centímetros de diámetro), se infló con helio y sobrevoló la zona con cámaras fotográficas y de vídeo a una altura máxima de 300 metros. El equipo que está trabajando en Valdeherrera tuvo que madrugar un poco más de lo normal para acompañar a los topógrafos que manejaron el aparato, porque este tipo de fotografía requiere de la primera luz del día.


"En cuanto el sol se va levantando las sombras imposibilitan el detalle", explicó Carlos Sáenz, codirector de las excavaciones. Además, para que pudieran verse en el reportaje y antes de empezar la sesión (así que casi sin luz) hubo que descubrir y limpiar unos pavimentos hallados este verano. Fueron construidos con una masa de arena, cal y fragmentos cerámicos machacados que le dan un color rojizo, y están decorados con círculos, delfines y elementos vegetales realizados con teselas de caliza blanca. "Ya hemos visto los primeros resultados y han quedado espléndidos", señaló Sáenz. Este tipo de imágenes facilitan la comprensión que ofrece la excavación, y sobre ellas se realiza la planimetría y la cartografía del yacimiento.


La próxima semana volará de nuevo sobre Valdeherrera y después captará imágenes de algunas zonas de Bílbilis. No es un método desconocido en arqueología pero no es barato. El de Valdeherrera puede ser el primer yacimiento aragonés que cuenta con un 'book' fotográfico realizado con este pequeño globo, que se fija sobre un punto todo el tiempo que se necesite. Esto permite un mayor control de la imagen a tomar. Los topógrafos que lo manejan proceden de Italia. Lo han empleado en Ostia o en el Puerto Marítimo de Roma, y trabajan desde hace una década con los encargados de Bílbilis y Valdeherrera gracias a los acuerdos entre la Universidad de Zaragoza y la de Viterbo.