VÍAS PACIFICADAS

La prohibición de circular a más de 30 km/h afecta ya a más de 300 calles de Zaragoza

La medida, aplaudida por los ciclistas y muy criticada por los taxistas, afectará antes de final de año a todas las vías de un solo carril.

Señal de salida de una calle con velocidad limitada.
La prohibición de circular a más de 30 km/h afecta ya a más de 300 calles de Zaragoza
CARLOS MONCíN

Como máximo, a 30 kilómetros por hora. Más de 300 calles de Zaragoza ya viven el debate de las denominadas como vías pacificadas, después de que el Ayuntamiento haya situado las primeras señales que prohiben a los conductores superar esta velocidad. Toda la margen izquierda, Las Fuentes, Miralbueno, San José y La Almozara tienen todas sus vías de un solo carril con esta limitación; en Valdefierro, Casablanca y Oliver están en ello y, más adelante, se extenderá al resto de la ciudad. Todas las calles de un solo carril serán vías pacificadas antes de que acabe el año.

La medida ha generado una fuerte polémica. Los ciclistas la aplauden y se felicitan, ya que la señalización les capacita para hacer con mayor seguridad lo que, por otro lado, ya podían hacer hasta ahora: circular por la calzada. Los conductores, por su parte, tienen reacciones diversas. Existen los que respetan y hasta apoyan la medida -cada vez más conductores son también ciclistas- y también los que no lo entienden. El colectivo de los taxistas, en boca de su presidente, ya la ha calificado de "una barbaridad".

Esta iniciativa es pionera en toda España y, según el Ayuntamiento, persigue "mejorar la seguridad vial en la calzada", así como "facilitar la convivencia entre peatones, ciclistas y automóviles". El Consistorio realizará próximamente una campaña informativa en la que, además, tratará de explicar la manera correcta de circular por estas calles. Se recomienda hacerlo por la parte central del carril, ya que si la bicicleta se orilla hacia la derecha, se corre riesgo de accidente si un automóvil trata de adelantarla.

Perico Ruiz, del colectivo Pedalea, cree que en estas primeras calles señalizadas "ya se siente más respeto, no se notan tanto los conductores agobiados empujando por detrás". Opina que "el mero hecho de ver una bicicleta pintada en la calzada hace que la gente sea más respetuosa". Luis Miguel de Torres, presidente de la Asociación Provincial de Taxi de Zaragoza, tiene una opinión opuesta: "Como colectivo esto es difícil de asumir, porque los ciclistas rara vez van a más de 15 kilómetros por hora. ¿Qué pasa si llevamos a alguien con una angina de pecho y te toca un ciclista delante?", señala.

Los ciclistas bajan a la calzada

El área de Movilidad del Ayuntamiento destaca la importancia que tiene esta reducción de velocidad a efectos de seguridad, ya que bajar de 40 a 30 kilómetros por hora implica una diferencia en la distancia de frenado de 20 a 13,5 metros. Esta reducción de la velocidad persigue una pacificación del tráfico y, según el Consistorio, apenas influye en la duración de los trayectos. Según los cálculos de Movilidad, en un desplazamiento de 15 minutos, ir a 30 kilómetros por hora supone un minuto más de viaje.

Los taxistas, sin embargo, no lo ven claro. De Torres defiende que "la ciudad la viven todos los ciudadanos", y que esta medida "perjudica a la mayoría, que va en autobús o en taxi, por una minoría que va en bicicleta y que encima no paga impuesto de circulación como nosotros". Critica que "no se puede aguantar una bicicleta que va a 10 kilómetros por hora".

Mientras, los colectivos ciclistas confían en que con esta pacificación de la mayoría de las calles de la ciudad haya más ciclistas que se animen a bajar a la calzada y dejar de circular por las aceras, solucionando así los posibles conflictos con los peatones. "Si la gente ve que tiene prioridad y que las señales le dan el derecho, se pueden apuntar a ir por la calzada", comenta Perico Ruiz. Este miembro de Pedalea cree que no habrá un gran conflicto por esta limitación de la velocidad, ya que las vías señalizadas "ya eran calles 30 de facto".

Polémicas al margen, lo que es seguro es que la medida es imparable. Antes de que termine el año, Zaragoza tendrá una red mallada de calles en las que la prioridad absoluta será del ciclista y en las que los vehículos no podrán ir a más de 30 kilómetros por hora. El Ayuntamiento ha invertido en esta medida casi 300.000 euros a cargo del fondo estatal de este año. Además de señalizar las vías, se van a colocar grandes carteles en todas las entradas de la ciudad advirtiendo a los conductores que las calles de un carril tienen la velocidad limitada.