TRÁFICO

La Policía Local inmovilizó más de 1.100 vehículos de conductores ebrios en 2009

Las patrullas no dejan seguir circulando a nadie que supere la tasa legal de alcohol para evitar accidentes como el de Villarquemado.

¿Cómo un conductor al que acaban de denunciar por circular ebrio puede volver a ponerse al volante y provocar un accidente media hora después? Esa es la pregunta que se ha hecho mucha gente tras el desgraciado suceso del pasado fin de semana en Villarquemado (Teruel), en el que falleció una persona y otras dos resultaron heridas. En la falta de medios de la Guardia Civil de Tráfico para inmovilizar vehículos parece estar la respuesta. Porque cuando cazan a un borracho al volante, los agentes tienen pocas alternativas: ni cuentan con un depósito al que enviar el vehículo ni tienen siempre un cepo a mano.


Parece difícil que un caso como el de Teruel pudiera producirse en las calles de Zaragoza, donde la Policía Local libra una batalla diaria contra las alcoholemias. A lo largo del pasado año, fueron inmovilizados y enviados al depósito municipal de la carretera de Castellón 1.118 vehículos de conductores que circulaban con alguna copa de más. En la capital aragonesa, el protocolo es claro: cuando alguien da positivo en la prueba del etilómetro, además de denunciarle o abrirle diligencias penales -si supera la tasa objetiva de 0,60 mg por litro de aire espirado-, su vehículo queda automáticamente inmovilizado.


Conductor alternativo

Cuando el infractor va acompañado de otra persona con carné de conducir, se permite a esta última ponerse a los mandos del vehículo siempre que se someta a la prueba de alcoholemia y el resultado sea negativo. Sin embargo, cuando el denunciado circula solo, no hay alternativa y su coche es retirado por la grúa municipal.


Según la última memoria de la Policía Local de Zaragoza, a lo largo de 2009 se practicaron 30.055 pruebas de alcohol. De ellas, 2.195 fueron positivas, lo que representa el 7,3% del total. Casi en la mitad de los casos, tuvo que ordenarse la retirada del vehículo, ya que su conductor no estaba en condiciones para seguir circulando y no tenía a nadie que se hiciera cargo del mismo.


Los casos aumentan para el Pilar

Si nos atenemos a las estadísticas, el alcohol obliga a inmovilizar cada día una media de tres vehículos en las calles de Zaragoza. En cualquier caso, es obvio que el trabajo de la grúa aumenta durante el fin de semana, especialmente durante la madrugada. Destaca el importante incremento de las intervenciones en octubre, mes en el que se celebran las fiestas del Pilar. De hecho, si la media mensual de intervenciones oscila entre las 80 y 90, durante estos días la cifra se dispara hasta las 145 (datos del ejercicio 2009).


A lo largo del año pasado, las grúas del depósito municipal de Zaragoza llevaron hasta las instalaciones de la carretera de Castellón 16.949 vehículos (la mayoría turismos). De ellos, 12.778 fueron retirados de la vía pública. El resto de movimientos estaba relacionado con otro tipo de servicios (abandonos, etc).


La presión policial sobre los conductores que siguen poniendo en peligro su vida y la de los demás al empeñarse en circular ebrios es constante. Por ello, casi el 9% de los vehículos que se lleva la grúa están relacionados ya con alcoholemias positivas. El protocolo es el mismo para los casos en los que el detenido circula bajo el efecto de las drogas.