ORDENANZA DE LA BICI

Un año con más advertencias que sanciones

La Policía pone una media de diez multas al mes. Los usuarios confiesan no conocer los detalles de la normativa.

La ordenanza prohibe circular por aceras de menos de cuatro metros, como esta.
Un año con más advertencias que sanciones
CARLOS MONCíN

La ordenanza de la bicicleta acaba de cumplir un año con escasez de sanciones, menos información de la deseada y la permanente polémica de convivencia entre peatones y ciclistas. Este reglamento entró en vigor el año pasado por estas fechas con un objetivo claro: solucionar "las posibles fricciones que pudieran producirse entre los distintos usuarios de la vía pública, estableciendo las normas y delimitando los derechos y obligaciones de cada uno de ellos", como anuncia la exposición de motivos de la ordenanza.

En este primer año, la Policía Local ha advertido más que sancionado. Los agentes han puesto una media de diez denuncias al mes, un número insignificante para el número de bicicletas que circulan hoy por Zaragoza. La mayoría han sido por no respetar un semáforo u otra señal, o por circular hablando por teléfono. Sin embargo, son bastante más los ciclistas que han recibido alguna advertencia tras haber incumplido una norma. Esta labor informativa de la Policía suple en parte la escasa difusión que el Ayuntamiento ha hecho de la normativa, según denuncian algunos colectivos ciclistas.

"La gente poco a poco se va enterando, pero es importante que la conozca todo el mundo, también los que van en coche", señala Alberto Lorente, de Pedalea. Y pone un ejemplo: "Hay conductores que todavía me recriminan que vaya por el centro del carril de la izquierda cuando tengo que girar hacia ese lado, cuando la ordenanza dice claramente que hay que hacerlo así".

Sin embargo, hay muchos ciclistas que no conocen con tanta precisión el texto normativo. "¿No se puede ir por la acera si mide menos de cuatro metros? Yo pensaba que era si había mucha gente...", reconocía Gregorio Martínez, usuario habitual del servicio de alquiler Bizi en la calle de San Vicente de Paúl. Alberto Lorente señala que el problema de convivencia en las aceras se crea porque "las calzadas no les parecen seguras a algunos ciclistas".

Sin embargo, desea que "con la pacificación de las vías, haya más gente que se anime a bajar a la calzada". Esta pacificación, recogida en la ordenanza, implica que por las calles de un solo carril, los vehículos no podrán circular a más de 30 kilómetros por hora. El Ayuntamiento actualmente está señalizando estas vías.

Multas desde 36 euros

La estrategia de la Policía Local responde a la percepción del Ayuntamiento de que los conflictos entre peatones y ciclistas son residuales. Los incidentes graves han sido escasos, aunque una ciclista falleció en Montecanal el pasado 27 de junio al caerse de su bicicleta. Además, en las zonas peatonales más concurridas son frecuentes los reproches de unos a otros. "Hay veces que van como locos, a mí me da miedo ir con los nietos en algunas calles", señalaba María Antonia Romero, en la misma calle de San Vicente de Paúl.

Las infracciones tienen un castigo bien diferente dependiendo de su gravedad. Circular de manera negligente por zonas peatonales y aceras está multado con un mínimo de 36 euros, ir en bici usando el móvil o con auriculares tiene 60 euros de sanción. Sin embargo, si los hechos son graves, la cuantía de estas sanciones se puede elevar a los 450 euros. Hechos como ir en dirección contraria por la calzada, circular temerariamente o bajo los efectos del alcohol, pueden alcanzar los 600 euros de multa.