La mayoría de barrios zaragozanos ya cuentan con puntos de acceso a la red wifi municipal, aunque los ciudadanos no podrán acceder a internet hasta que los dispositivos superen el periodo de pruebas. Según fuentes del área de Ciencia y Tecnología del Ayuntamiento de Zaragoza, ya han sido instalados 170 puntos de acceso a la red, el 85% de los 200 previstos en la primera fase del proyecto wifi municipal, y cabe la posibilidad de que en las próximas semanas se vayan poniendo en funcionamiento algunas zonas nuevas.

A estos 170 puntos, repartidos por los barrios de toda la ciudad consolidada, hay que sumarles los dispositivos que están en marcha desde antes de la Expo 2008, cuando el consistorio llevó a cabo la fase piloto de este proyecto. Desde entonces funcionan -salvo incidencias- 20 puntos de acceso a internet en el Casco Histórico, 28 en la zona de Milla Digital y más de 60 espacios wifi en edificios municipales.

"Me parece una buena iniciativa, pero no sé si tendrá éxito hasta que haya cobertura en toda la ciudad. Ahora puede ser útil en un momento muy puntual, pero no puedes depender de una red tan limitada como la que hay ahora mismo", afirma Pilar Mirabal, una joven que suele acceder a la red municipal desde su teléfono móvil, que cuenta con tecnología wifi.

Por ahora, parece que las demandas de quienes aspiran a ampliar la cobertura a toda la ciudad pronto se verán satisfechas. El pasado junio se inició la segunda y última fase del proyecto de expansión de la red, que consta de otros 200 puntos que crearán un gran círculo de cobertura wifi en el interior del segundo cinturón, delimitado por el camino de las Torres, el puente de las Fuentes, Marqués de la Cadena, Valle de Broto, el puente de la Almozara, Anselmo Clavé y la avenida de Goya. La fecha de finalización de esta fase está prevista para el 31 de diciembre de 2010, por lo que a finales de este año Zaragoza contará con unos 450 puntos de acceso wifi repartidos por toda la ciudad.

Mientras continúa la expansión, los amantes de las nuevas tecnologías empiezan a disfrutar -en un espacio todavía muy limitado- de a red municipal, así como a sufrir sus carencias. Aunque todavía son una especie recién nacida, cada vez son más los cibernautas callejeros que sacan a pasear sus portátiles y teléfonos con wifi por el centro de Zaragoza. Entre ellos, se pueden encontrar universitarios que prefieren hacer sus deberes veraniegos en un lugar más animado que la biblioteca, personas afectadas por la crisis que han tenido que privarse de lujos 'innecesarios' y algún turista despistado que busca en internet cómo ir de la calle de Alfonso I a la plaza del Pilar. Tampoco falta algún que otro mal estudiante que ha visto castigadas sus malas notas con un tijeretazo paterno -en algunos casos, literal- al cable de internet.

"Me cortado el acceso en casa, así que me conecto en sitios públicos. A veces uso el del Ayuntamiento, pero va mucho mejor el de El Caracol -Centro Comercial Independencia-. Al ser un espacio cerrado...", afirma Luis Miguel Oliván, un joven de 15 años que peregrina con su portátil por las calles de la ciudad. Además del wifi municipal, los ciudadanos se pueden conectar de forma gratuita en centros comerciales como Grancasa o Augusta, y por el módico precio de una consumición en cualquiera de los numerosos bares de la capital que han instalado wifi como reclamo para captar clientes.

La plaza del Pilar, zona pionera

La primera zona en contar con wifi en Zaragoza, la plaza del Pilar -en 2005 ya permitía el acceso a páginas administrativas-, se ha convertido en uno de los principales cibercentros al aire libre de la capital. "Yo nunca me he conectado a la red del Ayuntamiento, pero siempre que paso por aquí veo a gente con portátiles sentados por las terrazas de la plaza", comenta Sandra Romero. Algo más complicado es localizar a los ciudadanos que se conectan a través de sus teléfonos móviles, una práctica cada vez más habitual. Precisamente estos dispositivos son uno de los principales objetivos de este proyecto, ya que la mayoría de las nuevas generaciones de teléfonos móviles suelen incorporar la tecnología necesaria para conectarse a redes wifi. Además, son más pequeños y manejables que los portátiles, y casi todos los ciudadanos llevan uno -cuando no son varios- encima.