OBRAS DEL TRANVÍA

Gran Vía reabre el miércoles al tráfico tras siete meses, aunque Goya seguirá cerrado

Las líneas de autobús 20, 30, 40, 45 y 53 recuperarán su paso por esta calle, pero solo lo harán en sentido salida de la ciudadLas calles de Ricla y Marcial cambiarán definitivamente de sentido tras las obras.

Varios operarios colocaban ayer semáforos a la altura de la plaza de Paraíso.
Gran Vía reabre el miércoles al tráfico tras siete meses, aunque Goya seguirá cerrado
JOSé MIGUEL MARCO

zaragoza. Los coches volverán el miércoles a circular por Gran Vía, siete meses y medio después del cierre del tráfico para implantar la primera línea del tranvía. Eso sí, los conductores que se animen entonces a circular por esta céntrica vía se la encontrarán cambiada: solo hay un carril de circulación -el otro está ocupado por la plataforma tranviaria-, algunos giros y sentidos han cambiado y no se podrá llegar hasta Goya desde la plaza de Paraíso. Metros antes de llegar al cruce, coches y autobuses deberán desviarse por las calles Marcial y Calatayud para acceder a Goya.

Estos días se ultiman los remates en la zona, con la colocación de semáforos, conductos de electricidad y acabados de las aceras por las que deberán circular los peatones desde el miércoles (ahora en muchos tramos se pasea por la calzada). Cuando estos trabajos terminen y se abra al tráfico Gran Vía, los esfuerzos pasarán al bulevar, al que le falta la urbanización diseñada por el arquitecto Iñaki Alday y la instalación de las catenarias, entre otras cosas.

La reapertura al tráfico de Gran Vía supondrá la modificación de los desvíos que en su día sufrieron varias líneas de autobús urbano. El 20, 30, 40, 45 y 53 recuperarán su ruta por esta céntrica calle, aunque solo en sentido salida de la ciudad. Al llegar al final de Gran Vía, cruzarán Goya a través de las calles Marcial y Calatayud, y retomarán su desvío actual por Baltasar Gracián y Arzobispo Apaolaza, para llegar a la glorieta del Emperador Carlos. Este sentido de circulación quedará previsiblemente con un tráfico denso, ya que habrá un solo carril y circularán por él cinco líneas de autobús.

Además, también el miércoles se abrirá al tráfico la calzada de Fernando el Católico y de Isabel la Católica que hasta ahora estaba cortada. La circulación cambiará así de lado, aunque mantendrá el sentido actual de salida de la ciudad, tal y como pasa ahora en Vía Ibérica. Los trabajos pasarán por lo tanto al lado contrario de la calle, donde se comenzará a construir la plataforma del tranvía.

La reapertura al tráfico de Gran Vía implicará también que se abran los cruces de las calles adyacentes. Sin embargo, algunas de ellas lo harán con el sentido invertido, una circunstancia que se mantendrá cuando terminen las obras. Es el caso de las calles de Ricla y de Marcial. La primera quedará de salida a Gran Vía y no de entrada como hasta ahora.

Para acceder tanto a esta calle como al arranque de Doctor Cerrada habrá que entrar por Cortes de Aragón, ya que no se podrá pasar ni desde Gran Vía ni desde Martín Ruizanglada (antiguo Alférez Provisional). La calle de Marcial, por su parte, será de sentido entrada desde Gran Vía, y sí tendrá acceso por Ruizanglada.

Renovación de tuberías y aceras

Gran Vía ha sido la zona más conflictiva de las obras del tranvía, ya que ha habido que sustituir el deteriorado cubrimiento del Huerva y, además, se han renovado las tuberías y conductos de la zona. En todo el recorrido del futuro medio de transporte, entre Valdespartera y la plaza de Paraíso, se han cambiado más de 3,5 kilómetros de viejas tuberías de agua de fibrocemento, sustituidas por unas nuevas de fundición dúctil, un material más resistente. Además, también se han renovado casi tres kilómetros de tuberías de saneamiento.

A estas alturas de las obras también se han cambiado 25.400 metros cuadrados de aceras, con nuevos pavimentos y un estilo diferente al que había hasta ahora. Las losas de hormigón gris, con los pasos de cebra en tonos rojos, ya son visibles en buena parte del recorrido.