Desperfectos en farolas, señales de tráfico, fachadas de edificios públicos, bancos, aspersores e incluso una decena de contenedores quemados. Parece ser el resultado de una batalla campal, pero es el balance de los daños ocasionados por vándalos en este semestre en el municipio de Zuera. Unos actos que van más allá de la gamberrada y que suponen miles de euros a las arcas de la localidad. No es que haya una oleada violenta ni mucho menos, si bien el Ayuntamiento quiere frenar la tendencia y para ello pide la colaboración ciudadana.

El Consistorio ha publicado un bando, firmado por el alcalde, José Manuel Larqué (PP), en el que hace un llamamiento a los vecinos con objeto de que aquellos que dispongan de información relativa al vandalismo se pongan en contacto con la Policía Local (976 69 48 69), llamada que siempre tendrá un carácter confidencial.

Además de estar en la web municipal, el escrito se ha colocado en edificios públicos y en los establecimientos y locales cuyos dueños lo consideraron oportuno.

En la corporación tienen claro que los causantes de los daños al mobiliario urbano son un minoría frente a la "actitud cívica y ejemplar de la inmensa mayoría". "Nos mostramos preocupados por ciertos comportamientos irresponsables con el medio urbano y la buena vecindad, y que aun siendo hechos aislados alteran la normal convivencia", expone el primer edil en el documento. En declaraciones a este periódico, el popular indicó que no son simples chiquilladas. Y aludió a la quema de contenedores, acción que conlleva un evidente riesgo (los depósitos se encuentran próximos a los edificios, y además estamos en verano). "Supone un temerario atentado contra la salud y la seguridad de las personas", reza el bando. Los 'graciosos' han destrozado contenedores para cartón (los más caros al ser de chapa), plástico y residuos.

El popular subrayó que el incremento de los ataques al mobiliario urbano tuvo lugar en las celebraciones de San Jorge y el Salz. Como ejemplo, dijo que en una noche incendiaron tres contenedores en dos puntos distintos del municipio.

Larqué destacó que no van a consentir que destrozaran un parque infantil que apenas llevaba un mes en funcionamiento después de una noche de botellón. Como tampoco permitirán que la rotura de aspersores se convierta en una triste costumbre. Aseguró que es frecuentes encontrarse los lunes con entre 20 y 30 aparatos hechos añicos.

Asimismo, el regidor tampoco quiso pasar por alto lo que ocurrió durante una fiesta en el complejo deportivo. El monolito de la zona perdió varias letras. Y mencionó que "se han cebado" con las farolas del parque fluvial. El Ayuntamiento no va a gastar dinero en repararlas, sino que las renovará por completo y modificará las conexiones de luz. Mientras tanto dan "una sensación de dejadez" que no coincide con lo que se hace en Zuera, se lamentó.

Los agentes creen que los responsables de los destrozos son grupos de jóvenes de entre 12 y 20 años. El bando concluye que se investigan los hechos y que "tarde o temprano, los incívicos pagarán la suma de estos daños, que ascienden ya a miles de euros, además de la aplicación de las correspondientes sanciones".

Cámaras de vigilancia

Preguntado por la posibilidad de instalar cámaras de vigilancia como medida preventiva, el alcalde apuntó que llegaron a esa conclusión en una reciente reunión de la junta local de seguridad. En un principio sopesaron instalar algunas en los edificios públicos y, a la vista de los acontecimientos, estudian hacer lo propio en lugares estratégicos. Eso sí, recordó que la delicada situación económica no aventura grandes inversiones y resaltó que no desea que en Zuera se viva "en un estado de vigilancia permamente".

Por otro lado, el equipo de gobierno y la Policía Local trabajan en el borrador de la futura ordenanza cívica del municipio, que recogerá aspectos como el vandalismo. Más adelante lo presentarán ante el pleno.

Llamamiento del Consistorio. El Ayuntamiento ha publicado un bando, firmado por el alcalde, en el que hace un llamamiento a la colaboración contra el vandalismo de quienes destruyen bienes comunes.