URBANISMO

Una exposición rescata en Madrid la historia de la Gran Vía de Zaragoza

La muestra 'Las otras Grandes Vías' divulga seis bulevares españoles asimilables a la Gran Vía de Madrid, con avenidas de Barcelona, Bilbao, Valencia, Granada y Murcia, además de la aragonesa.

El arranque de la Gran Vía de Zaragoza
Una exposición rescata en Madrid la historia de la Gran Vía de Zaragoza
BERGERAPHOTO.COM

La sala de exposiciones del Ministerio de Vivienda, La Arquería de Nuevos Ministerios, acoge desde este viernes, 2 de julio, hasta el 5 de septiembre, 'Las otras Grandes Vías', una exposición que invita a conocer la Via Laietana de Barcelona, la Gran Vía de Bilbao, la Avenida del Oeste de Valencia, la Gran Vía de Colón de Granada, la Gran Vía Escultor Francisco Salzillo de Murcia y el Paseo de la Gran Vía de Zaragoza.


Con esta exposición, organizada al tiempo que se celebra el centenario de la Gran Vía de Madrid, el Ministerio de Vivienda rescata la historia de estas seis grandes vías españolas quizá no tan fotografiadas ni citadas como la madrileña pero que igualmente han transformado el paisaje de sus ciudades y la vida cotidiana de sus habitantes. Son, además, los seis ejemplos españoles clásicos mencionados por la historiografía urbana.


Arquitectos e historiadores, todos catedráticos y profesores de universidad que tienen desde hace años las grandes vías como tema de estudio y análisis, constituyen el comité científico que ha elaborado los contenidos, meticulosamente coordinados por el comisario, el arquitecto Ricardo Sánchez Lampreave. Así, José María Rovira ha elaborado la información de Barcelona, Nieves Basurto y María Jesús Pacho la de Bilbao, Ángel Isac la de Granada, Felipe Iracheta la de Murcia, Francisco Taberner la de Valencia, y Javier Monclús e Iñaki Bergera la de Zaragoza.


Todos ellos participarán el viernes a las 10.00 en La Arquería en una jornada en la que ofrecerán una ponencia sobre su respectiva gran vía.


Para acompañar al visitante en su recorrido por la historia y evolución de estas seis grandes vías y su arquitectura, Las otras Grandes Vías muestra fotografías antiguas, planos históricos, postales, dibujos y otra serie de documentos –cartas, revistas, libros, actas-, todos ellos originales y algunos de incluso 120 años de antigüedad. Hasta 33 archivos, bibliotecas, instituciones y particulares han prestado este material.


El punto de vista actual se tiene a través de fotografías actuales realizadas expresamente en los últimos meses para la muestra, incluyendo vistas panorámicas y tomas aéreas de cada gran vía. Un vídeo completa el material que se expone de cada avenida.


La primera contiene la introducción, con un mapa de España de las seis grandes vías protagonistas, una cronología comparada de los hechos más significativos sucedidos en España y en las seis ciudades entre 1865 y 1965, y un vídeo con una conversación entre tres expertos: el académico de Bellas Artes y catedrático de Urbanismo Fernando Terán, el profesor de Urbanismo José María Ezquiaga, y el catedrático de Urbanismo Daniel Zarza.


La segunda sala está compartimentada en seis espacios dedicados a cada una de las ciudades por medio de paneles. En ellos cuelgan los planos y dibujos originales concernientes a la operación urbana de cada ciudad así como fotografías actuales. En vitrinas se incluyen libros y documentos de época, fotografías y postales antiguas. Es decir, en cada una de las ciudades, se cuenta la historia de su gran vía y se confronta con un reportaje fotográfico encargado de mostrar su estado actual.


La última sala está diáfana con las paredes repletas de planos, dibujos y fotografías originales de los edificios más importantes de cada gran vía y que tienen entre sus arquitectos responsables a Lluís Domènech i Muntaner, Josep Puig i Cadafalch, Manuel María de Smith, Pedro de Muguruza, Gaspar Blein, Javier Goerlich, Secundino Zuazo o Regino Borobio.


Después de la calle mayor medieval y del bulevar ilustrado, a finales del siglo XIX y durante el primer tercio del XX se plantearon un buen número de grandes vías siguiendo la estela de las reformas parisinas de Haussmann o de Ildefonso Cerdá para las reformas interiores de Barcelona o Madrid.


Unas lo hicieron convertidas en eje principal de un Plan de Ensanche, tal es el caso de Bilbao. Otras, por el contrario, en una operación de Reforma Interior, como corresponde, además del propio Madrid, al de Granada o Valencia. Pero si algo tienen en común todas es que se hicieron bien interviniendo en los cascos históricos, ras¬gando la trama y abriendo vías rápidas (capaces de poner en comunicación dos estaciones ferroviarias situa¬das en extremos opuestos, como es el caso de Murcia), o bien ampliando el viejo límite de la ciudad y trazando en el nuevo espacio una trama ortogonal. En cual¬quier caso, ambos tipos de intervención supu¬sieron un claro rechazo a la trama histórica, esto es, a la ciudad del pasado.


Según explica el comisario, Ricardo Sánchez Lampreave, se caracterizan también todas ellas porque buscaron “facilitar o mejorar la circulación entre dos puntos que necesitaban estar relacionados –y en esto tiene que ver la irrupción del automóvil en la ciudad a principios de siglo pasado-, y mejorar las condiciones higiénicas y de salubridad de tejidos urbanos de origen medieval en cascos históricos compactos y de límites muy acusados”.


“Se convirtieron además en una neta posibilidad de negocio –añade-. Son muy característicos de este momento, tal como muestra la exposición, los planos delimitando propiedades, surcados por rayas muy rectas redefiniendo nuevos solares en sus bordes. Al mismo tiempo, son aglutinadoras de comercio, pues pasan a convertirse en un escaparate de determinadas funciones económicas y de encuentro social”.


Y por último, también tienen todas ellas funciones de representación y un aspecto visual imprescindible. Aquí es donde juega un papel relevante la propia arquitectura, los edificios, pues la arquitectura de la gran vía también debe ser representativa, debe presentar la mejor arquitectura de ese momento y de los mejores arquitectos de la correspondiente ciudad, y por tanto debe ser entendida como fuertemente modernizadora”, expresa.


De la visita a Las otras Grandes Vías no sólo se desprende la historia de estas seis vías sino que surgen preguntas sobre su futuro. Porque, planeadas para un volumen de vehículos muy inferior al actual, incluso para algunas calesas, y para la vida y tecnologías de otro tiempo, centran un siglo después nuevas cuestiones: qué hacer con ellas, cómo utilizarlas y aprovecharlas en una realidad bien diferente al que las promovió. Ejemplos son los recientes debates suscitados en Barcelona con las diferentes soluciones para la Diagonal o en Valencia con el Cabanyal.


“El futuro de todas ellas es seguir sirviendo a su ciudad con la máxima eficacia. Para poder seguir manteniendo su pujanza inicial, probablemente vayan abordando mayores o menores transformaciones, en función de su dificultad para adaptarse al crecimiento y la funcionalidad que requiera cada una de las ciudades”, concluye Sánchez Lampreave.


La Gran Vía de Zaragoza, ligada como Bilbao al Ensanche de la ciudad, aprovechó el enterramiento de un tramo del río Huerva en la entonces periferia de la ciudad. De hecho, discurre en su totalidad sobre el cauce conducido del río, y ésta es la razón de su arbolada anchura y del recodo último antes de continuar con la actual Avenida de los Reyes Católicos. Como la Gran Vía de Madrid, incorporó cines a sus edificios de viviendas Hoy, su futuro está ligado al tranvía, pues se está implantando.