TRIBUNALES

Condenado a casi trece años de prisión por violar y agredir a su ex pareja en Calatayud

La fiscalía le acusaba también de los delitos de detención ilegal, maltrato y amenazas, de los que ha sido finalmente absuelto.

Cuando hace unos días se le juzgó por el secuestro y la violación de su ex pareja sentimental, Emilio Lafuente negó los hechos y dijo que mantenían una relación de "amor odio" en la que era él quien se sentía "humillado". Sin embargo, la Audiencia de Zaragoza ha encontrado pruebas suficientes para condenarlo a doce años de prisión por la agresión sexual, y a otros nueve meses por las lesiones que sufrió la víctima. Le absuelve, eso sí, de los delitos de detención ilegal, maltrato y amenazas de los que también le acusaba el fiscal.

En el juicio, el ministerio público pidió 15 años y cuatro meses, mientras que la acusación particular, ejercida por Gema Subirón, elevó la petición a 19 años y tres meses. La abogada defensora, Pilar de Bonrostro, solicitó la absolución.

En marzo de 2007, agresor y víctima iniciaron una relación sentimental que se prolongó durante un año. Los hechos se produjeron cuatro meses después de la ruptura, la noche del 6 de julio de 2008, cuando Emilio Lafuente se encontró en una calle de Calatayud con uno de los hijos de su ex pareja, una chica de 10 años. Intuyendo que la mujer podría encontrarse en la capital bilbilitana, pidió a la menor que le indicara dónde estaba. La niña acompañó al condenado hasta el domicilio de sus tíos y llamó al portero automático. Su madre abrió y, ante la creencia de que quien subía era su hija, también dejó abierta la puerta del piso.

El acusado aprovechó la circunstancia para entrar en la casa. Según el relato de hechos probados de la sentencia, nada más ver a la mujer, le dio un bofetón y sacó un machete de doble filo con diez centímetros de hoja que llevaba guardado en el pantalón. Cogió a su ex pareja fuertemente del pelo le puso el cuchillo en el cuello y le obligó a salir de la vivienda.

En la calle, intimidada con el machete y con constantes amenazas de matar a sus hijos, la llevó al domicilio de una amiga, en el que habían estado alguna vez juntos porque él tenía las llaves. Una vez allí, primero le obligó a practicarle una felación y después la violó. La mujer pasó varias horas retenida hasta que, producto de la ingesta de alcohol, el agresor se quedó dormido. La víctima aprovechó entonces para buscar una salida y logró escapar de la casa por la puerta trasera, que no estaba cerrada con llave.

En su fallo, la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza impone también al condenado una medida de alejamiento de 6 años y una indemnización de 5.000 euros.