HISTORIA

Lo que no se vio de los Sitios de Zaragoza

Un libro de la Institución Fernando el Católico recoge las investigaciones de Rafael Contento sobre la serie de grabados que Gálvez y Brambila realizaron tras visitar Zaragoza en 1808. El investigador ha descubierto dibujos inéditos que revelan nuevas facetas de aquel trabajo.

El rostro real de Agustina de Aragón.
Lo que no se vio de los Sitios de Zaragoza
BIBLIOTECA NACIONAL

A finales de agosto o principios de septiembre de 1808, Juan Gálvez y Fernando Brambila visitaron la Zaragoza devastada por el primer sitio francés y tomaron apuntes del natural para la realización de 36 estampas que hoy son historia. "Constituyen el primer reportaje de guerra que se hace en España", asegura Rafael Contento, el investigador que más ha estudiado la serie. "Una auténtica joya", concluye. La serie de estampas, pese a su notoriedad, no había sido bien estudiada hasta ahora. A paliar este vacío se ha dedicado en los últimos años Rafael Contento, que acaba de publicar un lujoso volumen que compendia todos sus descubrimientos.

La obra, que sale de imprenta gracias al patrocinio de la Institución Fernando el Católico y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, saca a la luz una veintena de dibujos originales de Gálvez y Brambila, visiones inéditas de aquella Zaragoza devastada. "Tal y como se trabajaba en la época, tuvieron que generar cientos de dibujos preparatorios y bocetos. Solo se ha localizado una mínima parte, pero seguramente en los próximos meses o años encontraremos más, según se vaya accediendo a fondos y colecciones que hasta ahora no se han estudiado. De hecho, desde que terminé la edición del libro hasta hoy he hallado un par de dibujos más", señala Contento.

Entre los dibujos publicados ahora destacan retratos de Sanclemente, Cerezo o la propia Agustina de Aragón, el boceto de 'La batería del Portillo', varias vistas del Coso, un interior de la iglesia del Carmen, una vista de Zaragoza desde el Ebro en la que se aprecian los daños sufridos por el puente de Piedra, o un espectacular 'Combate a orillas del Huerva, frente al convento de San José'...

"Es una serie muy importante desde el punto de vista artístico -subraya Rafael Contento-. Hoy está postergada por la obra de Goya, pero es que casi nadie cae en la cuenta de que la primera edición de los 'Desastres' es de casi 50 años después. Los grabados de Gálvez y Brambila fueron los más populares del siglo, hasta el punto de que las planchas llegaron a desgastarse y los artistas tuvieron que rectificarlas para que se pudieran seguir utilizando".

Menos batallas, más ruinas

Como artista, Brambila era el más experto de los dos, pero no era un especialista en figura humana, como sí lo era Gálvez. Juntos hacían un buen equipo. Llegaron a la ciudad tras un azaroso viaje (incluso fueron apresados) y retrataron lo que vieron. "Su idea inicial era hacer 36 estampas, 12 de ellas dedicadas a retratar a algunos de los héroes más destacados, otras doce con las que querían reflejar otras tantas batallas significativas, y 12 más dedicadas a las ruinas. Hicieron el número total que tenían previsto en principio, pero vieron que les faltaban temas para reflejar hechos de guerra y dedicaron alguno más a ruinas".

Desde el punto de vista temático y estilístico, "la serie avanzó lo que sería el grabado romántico, porque en aquel momento resultaba muy novedoso llevar a las planchas la gente del pueblo. Y los que aparecen en los grabados de la serie son gente del pueblo, labradores, gente normal y corriente". En su investigación, Contento deshace algunos de los tópicos del trabajo de Gálvez y Brambila.

"No los llamó Palafox, sino que acudieron a Zaragoza por iniciativa propia, aunque no sabemos de cuál de los dos surgió la idea. Luego, sí, cuando Palafox se enteró de lo que estaban haciendo, le pareció interesante y, como era muy vanidoso, llamó a Goya para que hiciera algo parecido". Tampoco es cierto que uno de ellos hiciera los dibujos y el otro realizara los grabados. A lo largo de más de 400 páginas, este investigador deshace todos los errores trasmitidos una y otra vez por los historiadores. Y, además, reivindica la calidad de la serie de estampas. "Dentro del grabado y la aguatinta, es la colección más importante del siglo XIX, considerando que lo de Goya es otra cosa, un mundo aparte".