PATRIMONIO

El Salón de Obispos de Tarazona, una joya pictórica sin fondos para su restauración

La Fundación Tarazona Monumental busca un mecenas que ayude a financiar su recuperación.

Interior del Salón de Obispos del palacio arzobispal, con el artesonado restaurado y las pinturas deterioradas.
El Salón de Obispos de Tarazona, una joya pictórica sin fondos para su restauración
ESTHER CASAS

"El Salón de Obispos es un gran desconocido, no solo para los visitantes, sino también para los propios turiasonenses". Lo dice Lola Zueco, gerente en funciones de Tarazona Monumental, la fundación que, pese a su corta trayectoria, se ha convertido en el revulsivo cultural que la ciudad necesitaba. Tarazona Monumental está empeñada en restaurar todo el palacio episcopal de la ciudad del Queiles y, por ello, periódicamente organiza actividades que permiten el 'reencuentro' de la estancia con los ciudadanos. Con ello busca concienciar de lo necesario que es restaurar las pinturas de la estancia.

"Estamos trabajando en la renovación de la cubierta, que es fundamental para la supervivencia del edificio -apunta Lola Zueco-. En total invertimos 270.000 euros; 30.000 del proyecto y 240.000 en las obras propiamente dichas".

El edificio sigue siendo propiedad de la Iglesia, que lo emplea como oficina episcopal. En los bajos se ubica además el Museo Arqueológico de la localidad y las instalaciones del Centro de Estudios Turiasonenses. Recorrer el interior sobrecoge: el patio renacentista, apuntalado; la escalera coronada por una cúpula, con las yeserías agrietadas; las pinturas del Salón de Obispos, con daños causados por el agua de lluvia y perdiendo pigmentos...

El tejado y las cigüeñas

La restauración del palacio se va a reiniciar de inmediato. Según fuentes de la fundación, el próximo martes se adjudicará la última fase de obras de rehabilitación del tejado. Los trabajos se suspendieron hace unas semanas porque en la zona donde se iba a trabajar había anidado una pareja de cigüeñas y, al tratarse de una especie protegida, el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) dictaminó que los trabajos tenían que suspenderse. En un primer momento se pensó que habría que esperar a que los cigoñinos aprendieran a volar (y por lo tanto hasta bien entrado el mes de julio o agosto). Sin embargo, para el Inaga es suficiente con cambiar el nido de sitio.

"En el momento en que se adjudiquen las obras -señala Lola Zueco-, lo primero que vamos a hacer es resolver el tema del nido de las cigüeñas. Y en cuanto se le dé otra ubicación, empezaremos a trabajar. Habrá que poner una estructura de metal en el tejado para que aniden allí a partir de ahora".

El Salón de Obispos es un espacio rectangular cubierto con un alfarje mudéjar que los especialistas fechan en 1441 o 1442 y que está ya restaurado gracias a la Diputación de Zaragoza.

Son las pinturas, encargadas por Juan González de Munébrega en 1556, las que se encuentran en situación delicada. La galería de retratos episcopales no es única en su género (en Aragón hay varias), pero quizá sea la que requiere con mayor urgencia una intervención que le devuelva su apariencia original.

Estropeadas por la lluvia

La entrada de agua de lluvia por los problemas que ha sufrido el tejado, y que ahora se van a resolver definitivamente, ha causado daños a las pinturas, especialmente a las realizadas directamente sobre la pared, las más antiguas. La lluvia, además, acabó generando grietas amenazadoras que, afortunadamente, no han ido a más.

Como el plazo de ejecución de las obras que se van a iniciar ahora es de cuatro meses, se espera que los trabajos hayan concluido en noviembre. "Los siguientes puntos donde vamos a actuar van a ser el patio y la cúpula -señala Zueco-. Si tuviéramos alguna ayuda económica exterior sería estupendo pero, si no es así, la propia fundación podría costearlos. Lo que sí excede por completo nuestras posibilidades son las pinturas del Salón de Obispos. Sin ayuda, no podremos intervenir".

Tras la rehabilitación de las cubiertas y la restauración del alfarje, la recuperación de las pinturas resulta fundamental para que la estancia pueda ser admirada de nuevo por el visitante. Según señala el alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte, "el Salón de Obispos es de una riqueza histórica tremenda, porque en él están retratadas figuras muy importantes de nuestro pasado". "No es solo una parte muy importante de la historia de Tarazona -destaca- es parte importante de la historia de Aragón".