HERALDO ABIERTO

Los indigentes siguen en la glorieta de los Zagríes aunque ya no haya bancos

Una plazoleta zaragozana, en el cruce de importantes calles, lleva años habitadas por indigentes. La retirada de los bancos y una fuente por parte del Ayuntamiento, a petición de algunos vecinos, no les ha hecho desistir.

Manuel Díaz, Pedro y Manuel (al fondo), en la glorieta de los Zagríes.
Los indigentes siguen en la glorieta de los Zagríes aunque ya no haya bancos
LAURA URANGA

La plazuela que se encuentra en Zaragoza en el cruce de las vías Goya, Clavé, Valencia y Teruel hace tiempo que pasó de ser una zona verde, mantenida y cuidada por varios de sus vecinos jubilados, a convertirse en el 'hogar' de personas sin hogar.


La glorieta de los Zagríes, llamada así en honor de los musulmanes que vivieron en Aragón durante los siglos XI y XII, sufre un deterioro constante desde que recibió esta nomenclatura, en 1994. Algunos vecinos se han quejado en más de una ocasión de las molestias que ocasionan los indigentes que 'ocupan' la zona. Los 'sin techo' siguen acudiendo allí a hacer su vida y a dormir. La mayoría han tenido problemas laborales, sociales, económicos... un cúmulo de situaciones adversas que les ha llevado a vivir en la calle.


El Ayuntamiento es consciente del problema desde hace tiempo y es conocedor de las quejas de los vecinos del entorno. De hecho, una de las actuaciones acometidas fue la retirada de bancos y de la fuente que se hallaba en el centro de esta glorieta para forzar que los indigentes se marcharan de este sitio. Aun así, siguen pernoctando en la zona de césped y arbolado, y en ocasiones traen de la basura sillas para sentarse.


Al entorno acuden organizaciones sociales como Cruz Roja, Cáritas o Misión Urbana para repartir alimentos y animar a estas personas a que acudan a dormir al Albergue Municipal o al de la Hermandad del Refugio en épocas de frío intenso, aunque ellos rehúsan la invitación y prefieren dormir en la pequeña plaza.


Las bajas temperaturas en invierno empujan a algunos a pernoctar en los cajeros de las entidades financieras que se encuentran próximas. Una de ellas ha realizado obras recientemente, tal vez, para evitar que entren a dormir por la noche.


La crisis, en primera persona

Manuel Díaz lleva diez años viviendo en esta glorieta y hace tiempo que no encuentra trabajo. Es de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) , pero pone acento gallego porque "no quiero hablar catalán", ríe. Duermo aquí aunque llueva", afirma. No es amigo de pasar la noche en cajeros porque asegura que "es una trampa. Más de una vez nos han agredido y rociado con 'spray' de pimienta".


Pedro es otro 'sin techo', aragonés, y tiene una situación similar a la de Manuel. Sin trabajo desde hace cuatro años, dice estar disgustado al no encontrar empleo. Al igual que su compañero, no se rinde y puntualiza que "estamos dispuestos a trabajar de lo que sea. No somos unos vagos; solo queremos una oportunidad". Al mismo tiempo, señala que el Ayuntamiento y el resto de instituciones deberían preocuparse más por ayudarles.


Manuel, Pedro y el resto de personas que habitan en este lugar afirman que no todos los vecinos están en su contra, y que muchos de ellos les ayudan dándoles mantas, ropa y comida. "Esto es algo que agradecemos mucho", afirma Manuel Díaz. "La gente se piensa que todos somos alcohólicos y drogadictos y que estamos aquí porque queremos. Pero hay mucho más detrás antes de llegar a esta situación", concluye. "La gente que estamos así vivimos en primera persona la crisis, mucho más que el resto", añade Pedro.


Manuel es otro de los usuarios de esta plazuela. Es el de mayor edad, está enfermo y no puede valerse por sí mismo. "Hemos llamado más de una vez para que le atiendan, pero como se lo quieren llevar al albergue, él se niega", explica Pedro. Todos coinciden en que ir al Albergue o al Refugio no es una solución, sino una breve parada en su particular viacrucis, ya que la estancia es temporal.


Saben que la gente les mira con indiferencia y asumen que es normal, pero recuerdan que "somos personas, no gentuza. Con nuestros problemas, como todo el mundo". "Sí, ésta es nuestra vida, de momento. Queremos trabajar, estamos dispuestos a ello pero no tenemos medios para hacerlo", afirma Manuel Díaz.


La última acción municipal, la retirada del mobiliario urbano, a petición de un grupo de vecinos, no ha hecho que estas personas abandonen el lugar. Es más, afirman que les sabe mal que solo exista una pequeña papelera en la esquina de la plazoleta y que les gustaría tener más donde poder depositar las basuras que generan. También aseguran que, antes, las brigadas municipales limpiaban todos los días la zona y que, ahora, pasan mucho menos.


Sergio es un vecino de la zona que cruza esta glorieta todos los días, de camino al trabajo. "No sé si tienen problemas para ir a un albergue. Deberían darles más facilidades para encontrar un sitio digno donde dormir", comenta.


Maribel, otra vecina, cree que "desde que están aquí se han adueñado del lugar. Antes podíamos usarla los vecinos y ahora, no",


En el Consistorio zaragozano no consta que actualmente existan problemas de convivencia ni más quejas entre los vecinos de la zona. De hecho, no se registran peleas ni disturbios de consideración, como ocurría en el pasado.