AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA

Catalá quiere abandonar en plena crisis y aboca a Belloch a rehacer su gobierno

El concejal de Economía se postula para un puesto en la embajada de Chile y deja su área en una situación de interinidad. El alcalde se ha dado un plazo de una o dos semanas para cambiar su equipo y Gimeno se perfila como sustituto más probable.

El concejal de Hacienda, el socialista Francisco Catalá, quiere abandonar el Ayuntamiento de Zaragoza en plena crisis económica y con las arcas municipales bajo mínimos. A menos de un año para las elecciones, ha decidido presentar su currículum para un cargo de consejero de Trabajo e Inmigración en la Embajada de Chile con el objetivo de alejarse definitivamente de la actividad política local y autonómica. Aunque tiene casi todos los puntos para conseguir el puesto, la decisión no está tomada por parte del Ministerio de Trabajo.


Pero al margen de lo que ocurra, la postura de Catalá aboca al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, a una crisis de gobierno para resolver la interinidad en la que ha quedado el área económica municipal. En plena recesión y con una negociación abierta con CHA y con IU para pactar un paquete de medidas para recomponer las maltrechas arcas municipales, el Ayuntamiento se queda sin un interlocutor claro en materia económica.


Según informó ayer 'El Periódico de Aragón', el 1 de mayo el Ministerio de Trabajo e Inmigración hizo pública la convocatoria en el BOE. El puesto es el de consejero de Trabajo e Inmigración de la Embajada de Chile. Dispondría de un complemento específico de 16.551,08 euros y se establecería en Santiago de Chile. Fuentes consultadas indicaron que Catalá, que el viernes negó a este diario que aspirara al citado cargo, tiene "un 80% de posibilidades de conseguir el puesto" y otras informaron de que ya es suyo.


El nombramiento se podría producir hoy mismo o en cuestión de días y Catalá se incorporaría a su destino en julio. Si se confirma su salida, el alcalde reorganizará el gobierno, que en principio, pasaría de seis a cinco consejeros. El vicealcalde, Fernando Gimeno, asumiría la cartera de Economía, además de Presidencia y Acción Social, que ya las tiene.


Hay dudas sobre Participación Ciudadana, que también es responsabilidad de Gimeno. Es posible que esta área acabara en manos de otro concejal. En cualquier caso, es improbable que se fiche como consejero a alguien que no tenga el acta de concejal o que se ascienda a algún edil raso al rango de teniente de alcalde.


Si Catalá se va, entraría en su lugar Manuela García Villamayor, una funcionaria municipal encuadrada dentro de la estructura de familias del PSOE en el sector de su hermano, Pedro García Villamayor. Fuentes consultadas apuntan que se le habría tratado de convencer de que renuncie, pero que ella habría hecho caso omiso.


La dimisión como salida


Todo apunta a que el nombramiento está casi hecho. No obstante, se extendió un temor tanto para el propio Catalá como para otros miembros del gobierno: que al hacerse público el deseo del concejal de Economía este se frustre. No en vano, ayer se sopesó la opción de que Catalá dimitiera, pero fuentes consultadas indicaron que Belloch la hubiera rechazado y que, además, podría perjudicar a su aspiración diplomática.


En el supuesto de que no consiga el cargo la situación de Catalá se convertiría en insostenible, pese a que el alcalde ya ha dicho que lo mantendría en el gobierno. Si no se va a Chile, a Catalá le tocaría elegir entre dos caminos: aguantar un calvario hasta las elecciones, manteniéndose en un puesto que todo el mundo sabe que no quiere desempeñar, o el de la dimisión.