CIENCIA

Investigadores de Veterinaria logran curar lesiones en caballos con células madre

Esta técnica solo se hace de forma íntegra en España en el hospital de la Facultad zaragozana.

De izda. a dcha., Francisco Vázquez, Antonio Romero y Clementina Rodellar, con un caballo.
Investigadores de Veterinaria logran curar lesiones en caballos con células madre
J. M.MARCO

Parece ciencia ficción, pero no lo es. Curar y regenerar tejidos a partir de células madre es una de las líneas de investigación más prometedoras de nuestros días, y en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza ya se han conseguido resultados en varios caballos de pura raza españoles y otros centroeuropeos.

Un equipo multidisciplinar trabaja desde 2008 intentando regenerar las lesiones de estos ejemplares utilizando sus propias células madre. Después de dos años, se ha conseguido curar a 16 de ellos que, de momento, no han vuelto a recaer. Solo uno se ha visto afectado nuevamente por un problema, pero en otra pata.

Todos ellos sufrían daños en su aparato locomotor -sobre todo tendinitis- que los anulaban para competir o para otras funciones. El equipo, siguiendo un estricto protocolo, ha logrado su plena recuperación y ha abierto la vía hacia nuevos pasos que podrán seguir otros, ya que el caballo vale como modelo para posibles tratamientos humanos. Hasta ahora, todas las actuaciones se habían llevado a cabo en animales que ya tenían problemas, pero otra fase de la investigación se centra en lesiones inducidas.

El equipo tiene dos grupos básicos de trabajo: los veterinarios que tratan directamente con los animales y los que se encargan de las funciones de laboratorio. Además, hay médicos, farmacéuticos y colaboran ingenieros.

"Las células madre adultas o mesenquimales pueden regenerar tejidos y dejarlos prácticamente como los originales. Un equipo las extrae del caballo a tratar de su grasa o su médula ósea", explica Clementina Rodellar, profesora titular de Genética y una de las personas que lideran el grupo. Después estas células se tratan en el laboratorio y, a las 3 semanas aproximadamente, se pinchan en el 'paciente' o se congelan a -180 grados para su conservación.

De hecho, este es el único Hospital Clínico Veterinario de España que hace todo el proceso completo en sus instalaciones y hasta él acuden investigadores y pacientes de otras Comunidades.

La recuperación es lenta y suele prolongarse, al menos, durante 6 o 8 meses. Para los que se curan, que están siendo prácticamente todos, esta técnica es mucho mejor que cualquier otra. "Con los tratamientos quirúrgicos convencionales queda una cicatriz en el tendón que hace que el caballo pierda elasticidad y pueda recaer con mucha mayor facilidad", explica Francisco Vázquez, miembro del equipo y profesor de Veterinaria. La capacidad elástica y la flexibilidad son fundamentales, sobre todo en animales de alta competición.

De hecho, los veterinarios al mando añaden que los caballos de competición son equiparables a los galgos de carreras. Muchos practican la doma clásica olímpica, comparable al ballet clásico para los humanos, y tienen que realizar posturas de gran dificultad, como ponerse de punteras. Si no se han recuperado al 100%, volverán a recaer.

Mecenas del proyecto

Todo este trabajo es fruto de la colaboración entre el Hospital Veterinario y Lagenbio (Laboratorio de Genética de Bioquímica), grupo de excelencia por la DGA y perteneciente al I3A (Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón).

Se trata de una línea de investigación de peso que recibe fondos económicos del ICS (Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud), Ibercaja, la DGA y el Ministerio de Educación, entre otros. Además, y como ellos mismos indican con sentido del humor, "se admiten mecenas".