A orillas del Ebro... ¿quién dijo crisis?

Brindis en Vadorrey con champán Mumm.
A orillas del Ebro... ¿quién dijo crisis?
E. CASAS

Los equipamientos del nuevo embarcadero de Vadorrey fueron inaugurados ayer con un 'fiestón' en el que todos los asistentes fueron invitados a olvidarse por un rato de recortes, ajustes y demás efectos de la crisis. Botellas de champán Mumm, dos cortadores de jamón, un barman sirviendo decenas de mojitos e innumerables bandejas de aperitivos de un lado a otro acompañaron una tarde-noche con sabor marinero... junto al azud de Vadorrey, a orillas del Ebro.

La plana mayor del Ayuntamiento disfrutó del acto, que corrió a cuenta de la empresa concesionaria del equipamiento -lógicamente, en tiempo de recortes salariales en la casa consistorial-. Juan Alberto Belloch y Mari Cruz Soriano, Fernando Gimeno y familia, Jerónimo Blasco, Manuel Blasco, Lola Ranera... Todos se dejaron ver en compañía de los responsables de Un Tenedor, que llevará el restaurante y la terraza, y de los dirigentes de las federaciones de remo, que tendrán unas instalaciones en la planta baja para guardar el material y poder organizar actividades -y que se mostraron exultantes ante las posibilidades que ofrece el lugar-.

Cientos de invitados se arremolinaron en las nuevas dependencias, que ofrecen unas espléndidas vistas al río desde el interior del local, situado en altura, y desde la terraza con vistas panorámicas, en una zona en la que el agua está calmada por el efecto del azud.

Belloch y compañía hicieron un recorrido por todas las estancias, aunque el alcalde no quiso hacer declaraciones a los medios de comunicación. Los periodistas no fueron invitados a ver los rincones del embarcadero, y tuvieron que esperar a que las autoridades terminaran la visita para recoger las palabras de Jerónimo y Manuel Blasco, que hablaron en su lugar.

A escasos metros, Belloch y Soriano 'inauguraban' la terraza, mientras los camareros se afanaban para que todo estuviera a punto para el inicio del aperitivo. Cuando se levantó la bandera de los canapés, los invitados se lanzaron a las bandejas y a las bebidas, en una fiesta en la que no faltó de nada.

A contrarreloj, la comitiva del alcalde se subió a un Ebrobús para desplazarse hasta el embarcadero de Vadorrey. Al contrario que en las pruebas del día anterior, el barco amarró sin problemas, y su llegada sin incidentes sirvió de alivió a más de uno. Una visita fugaz a la recientemente inaugurada plaza de Santo Domingo, para después ver una obra en el teatro del Mercado, cerraron la animada tarde del alcalde.