Encontrar un colegio en el que los alumnos tengan tres horas de descanso para comer y salgan a las 17.00 resulta cada vez más complicado. El 60% de los colegios de la provincia de Zaragoza han modificado sus horarios en los últimos años para reducir el descanso de sesiones entre mañana y tarde y adelantar la hora del fin de las clases.

De camino a esa situación se encuentra la escuela Eugenio López y López, del barrio del Arrabal, donde el claustro ha propuesto que los niños salgan a las 16.30 en lugar de a las 17.00, como hacen en la actualidad. Esa media hora, la recuperan alargando las clases de la mañana.

La idea se decidirá en el último consejo escolar del curso (en junio), como marca la normativa, pero las familias han optado por hacer hoy una votación previa para conocer la opinión de todos los padres. Ayer ya celebraron una asamblea informativa en la que las partes afectadas (padres, profesores y monitoras de comedor) expusieron sus argumentos.

Desde el centro se alegaron motivos pedagógicos porque consideran que los niños rinden más por la mañana. Las monitoras alertaron de que un recorte del horario de comedor repercutirá en la calidad del servicio (habrá que dar las mismas comidas en menos tiempo) y les supondrá una rebaja salarial (cobran por horas). En cuanto a las familias, la mayoría duda de que la medida propuesta mejore el rendimiento de los alumnos y consideran que dificultará la conciliación.

"Cada uno ha expuesto lo que pensaba. Ahora habrá que esperar a la votación", comentó una madre que asistió a la asamblea en el centro.

El colegio Zalfonada, pionero

El cambio de horarios se ha acentuado en los últimos años, pero no es nada nuevo. Uno de los pioneros en poner en marcha esta medida en la Comunidad fue el colegio Zalfonada de Zaragoza. Hace 15 años que el consejo escolar de esta escuela eligió unos turnos de clases entonces revolucionarios (de 9.00 a 12.30 y de 14.30 a 16.00) y que fueron imitados posteriormente por algunos centros cercanos. Poco a poco, se extendieron a otras zonas escolares.

Desde entonces, las asociaciones de padres alertan que tras estos recortes se esconde una tendencia a la jornada continua, es decir, que los niños vayan solo por la mañana, como ocurre en los institutos. En Aragón, este sistema no se permite ni en Educación Primaria ni en Secundaria, pero cuenta con un gran respaldo de los docentes. Según una encuesta del sindicato de enseñanza Stea, el 72 % de los equipos directivos de los centros apuestan por la jornada continua.