MOVILIDAD

El tranvía incorporará carriles bici y zonas compartidas con los peatones

Desde Valdespartera a Gran Vía habrá vías ciclistas, aunque en ocasiones pasarán por espacios situados junto a las paradas.

Los ciclistas podrán recorrer el eje norte-sur de Zaragoza en paralelo al tranvía, a través de carriles bici por bulevares y calzadas, de zonas compartidas con los peatones y de vías con el tráfico pacificado, principalmente. La configuración de los elementos urbanos del trazado es un gran puzzle urbanístico en el que todas las piezas deben encajar: vías, calzadas, aceras, bulevares y carriles bici. Como cada calle es diferente, las soluciones que se han adoptado en cada tramo para permitir el paso de las bicicletas también son distintas.

En Gran Vía se ha optado por construir un carril bici bidireccional, que irá por el bulevar, pegado al lado más cercano a la facultad de Económicas. Allí las bicicletas tendrán camino libre, aunque con excepciones. Para empezar, a la altura de la calle de Royo, el tranvía atravesará el bulevar para reemprender la marcha hacia Valdespartera, por lo que cortará el carril bici. Más adelante, el espacio reservado para las bicicletas desaparecerá momentáneamente al entrar en la zona de la parada del tranvía en Gran Vía. Los ciclistas compartirán este espacio con los peatones que se bajen de los vagones, con las señalizaciones oportunas que les avisarán.

En Gran Vía, el cruce con la calle de Lagasca igualará los niveles de la calzada y del bulevar. Los coches deberán subir a la altura del espacio peatonal y reducir notablemente la velocidad, para facilitar así la prioridad de los viandantes y la continuidad peatonal. El carril bici, por lo tanto, tampoco tendrá escalones o interrupciones en este punto. El cruce con la avenida de Goya, en cambio, sí se hará por la calzada y respetando los semáforos, al igual que los peatones. Ni unos ni otros tendrán que cruzar hasta las aceras para pasar del bulevar de Gran Vía al de Fernando el Católico, como hasta ahora, sino que se habilitará un paso por el centro. El objetivo es, en todo momento, "garantizar la continuidad ciclista en el eje norte-sur, que es esencial", como señala la concejal de Servicios Públicos, Carmen Dueso.

En Fernando el Católico destaca el paso por la plaza de San Francisco. Allí, en la glorieta central se va a crear una enorme parada de tranvía. Las bicicletas entrarán, por tanto, en una zona compartida con prioridad peatonal, en la que desaparecerá el carril bici. Al llegar a Isabel la Católica, el carril bidireccional se bifurcará en dos unidireccionales, uno por cada lado de la calzada. Irán al mismo nivel que los coches, con separadores de plástico para proteger su espacio.

Al llegar al hospital Miguel Servet, la vía ciclista que transcurre por ese lado de la calle cruzará al de enfrente para, una vez pasada la entrada al centro hospitalario, volver a la calzada por la que venía. Esta decisión se ha tomado ante la acumulación de elementos en un espacio reducido que se creaba en la puerta del hospital (tranvía, autobuses, parada de taxis, carril bici...). "En todos los puntos hemos buscado las mejores soluciones para permitir la circulación de las bicicletas, y lo hemos conseguido", apunta Dueso.

Las bicicletas subirán al tranvía

Siguiendo con dirección hacia Valdespartera, las bicicletas rodearán la rotonda de Toulouse y enfilarán Vía Ibérica. Toda esta larga calle la recorrerán con carriles unidireccionales a ambos lados de la calzada y al nivel de los vehículos. El único punto 'conflictivo' será el puente del Canal, que no tiene la anchura suficiente para poner carril bici, por lo que los velocípedos compartirán espacio con los peatones.

Valdespartera será la única zona sin carril bici, al menos de momento. Como algunas zonas centrales de los bulevares están sin urbanizar, se instará a quien lo haga a que reserve espacios para ello. Mientras, se va a pacificar el tráfico por las calles por las que pasa el tranvía. El trazado de la calzada se va a modificar para hacerlo ligeramente sinuoso y obligar a que los vehículos reduzcan su velocidad.

La relación entre tranvía y bicicletas va más allá: los vehículos de dos ruedas podrán subir a los vagones, aunque falta regular cuándo y cómo, ya que solo lo harán cuando haya sitio disponible.