TRIBUNALES

Un jurado juzgará en julio al joven acusado de matar a patadas al camionero andaluz

Los giros inesperados en la investigación del caso han retrasado cuatro años la vista oral.

Han tenido que pasar cuatro años para que la Audiencia Provincial pueda poner fecha al juicio de uno de los crímenes más complicados que se recuerdan en Zaragoza. El asesinato se perpetró en la madrugada del 21 de mayo de 2006 en pleno corazón de la ciudad, y la víctima fue un camionero andaluz al que le patearon la cabeza hasta la muerte. La Policía Nacional detuvo a los pocos días a un joven como presunto autor de la mortal paliza. Sin embargo, cuando este llevaba ya un año en prisión provisional, el caso dio un vuelco. La Guardia Civil, que hasta entonces había sido completamente ajena a la investigación, presentó a un nuevo sospechoso, lo que llevó al juez a poner en libertad al anterior.

Si no vuelven a producirse sorpresas, la vista oral comenzará a celebrarse el próximo 19 de julio y se prolongará durante toda una semana. No en vano, van a ser citados a declarar más de cuarenta testigos, a los que se sumarán forenses y peritos. En el banquillo de los acusados se sentará Juan Carlos Larriba Marco, de 24 años y vecino de Torrero. Aunque en sus primeras declaraciones reconoció haber participado en la mortal agresión de la calle de San Vicente Mártir, a medida que ha ido pasando el tiempo ha ido introduciendo dudas y matizaciones. El próximo verano, será un Tribunal Popular quien resuelva si realmente fue él quien acabó con la vida de José María Justicia.

A priori, dos serán los testigos principales del juicio. Por un lado, el camionero que acompañaba a la víctima aquella fatídica madrugada y que también resultó herido. Y por otro, su agresor, un menor amigo del acusado. El testimonio del primero tendrá una especial importancia, ya que fue el único que vio de cerca la cara del asesino. De hecho, cuando José María Justicia yacía en el suelo moribundo, el agresor se dirigió a él mofándose de la paliza que acababa de propinar a su compañero.

Una agresión "inhumana"

Pese a los giros inesperados que ha dado la investigación a lo largo de estos cuatro años, la Fiscalía está convencida de que el autor del crimen fue el joven de Torrero, y pide para él 22 años de cárcel. Basta repasar los adjetivos que utiliza el fiscal para hacerse idea de lo desproporcionada que fue la paliza sufrida por el camionero de Huelma (Jaén).

Habla de una agresión "brutal", de golpes y patadas propinados "con saña" y de una forma "deliberada e inhumana" para aumentar el dolor a la víctima. Recuerda también el fiscal que el transportista no ofreció la más mínima resistencia, porque los primeros puñetazos le hicieron perder el equilibrio y caer al suelo. Su cuerpo quedó "arrinconado" junto al escaparate de una tienda, "inmóvil e inerte" a merced de su agresor, que dirigió la mayoría de las patadas hacia su cabeza.

La acusación particular, ejercida por Enrique Trebolle, comparte la versión de los hechos del Ministerio Público pero eleva la petición de cárcel a 25 años. La defensa, de la que se encarga Carmen Sánchez Herrero, solicita la absolución, aunque, de forma subsidiaria, propone que su cliente sea condenado por homicidio y se le imponga una pena de diez años de prisión.