BRUIL

"Es un ejemplo de convivencia"

Tres vecinos de la Magdalena -Eva Sastrón, David Arribas y Ramón Oto- cuentan la historia del parque, que llegó a tener osos y una montaña rusa. Y critican "la reforma improvisada y chapucera" que ha hecho el Ayuntamiento.

De izquierda a derecha, Eva Sastrón, David Arribas y Ramón Oto, de la Asociación Vecinal de la Madalena, en el parque Bruil
"El parque Bruil es el parque del Casco y un ejemplo de convivencia"
CARLOS MONCÍN

David Arribas, portavoz de la Asociación Vecinal de la Madalena, despliega un mapa del año 1984 del parque Bruil, uno de los parques de la ciudad con más actividad y con una historia más curiosa. "Donde está ahora la cancha de futbito estaban las piscinas. En la pradera había un campo de fútbol del Zaragoza F.C. Allí estaba la jaula de los osos. A finales de los años 70 trajeron una pareja de osos al parque. El oso murió, pero la osa vivió muchos años. Al final, estaba tuerta y se la llevaron a algún 'parque safari'. Hace años también había pavos reales y un león, regalo de un circo que estaba de paso en Zaragoza", cuenta.


David, de 37 años y socio de Recicleta; Ramón Oto, de 42, con una pequeña empresa de sonido e iluminación, y Eva Sastrón, animadora de 44 años, cuentan la historia y el presente del parque, que todavía está tomado por las máquinas. Entre junio y diciembre de 2009, el Ayuntamiento llevó a cabo una reforma que ha sido muy criticada por varios colectivos del barrio de la Magdalena. Ahora falta terminar de sembrar el césped y recoger varios árboles que fueron derribados por el viento la semana pasada.


Estos tres vecinos recuerdan los orígenes del parque. La finca formaba parte en la Edad Media de los terrenos del convento de San Agustín (hoy recuperado como Centro de Historia). Con la desamortización de Mendizábal, en 1835, el parque pasó a manos privadas. Juan Bruil fue uno de sus propietarios. Pertenecía a una familia de origen francés y trajo muchas especies vegetales expresamente de Francia. Incluso instaló una montaña rusa de 25 metros de altura. Y permitía que algunos días festivos los zaragozanos pudieran entrar a disfrutar de su finca privada. En 1956, el Ayuntamiento expropió los terrenos, los reformó y en 1965 inauguró el nuevo parque municipal.


Hoy es uno de los parques urbanos con más actividad. "Es un punto de encuentro para mucha gente. Es agradable y está en un lugar recogido", afirma Eva. "Es el parque del Casco Histórico y un ejemplo de convivencia. Tiene mucha vida y usos distintos. Los juegos de mayores son muy utilizados, vienen muchos niños, las pistas deportivas suelen estar ocupadas y aquí organizamos muchos actos de la Semana Cultural de la Madalena (se celebra en junio)", añade David.


Los vecinos están muy molestos con la reforma y con que no se les haya consultado nada. Dos madres, Conchita Martínez y Eva Martínez, de la Asociación de Padres y Madres del colegio Tenerías, se suman a la conversación y al paseo. "De repente, hace un año, vallaron el parque y vinieron las máquinas. Nos dijeron que iban a hacer unas pequeñas reparaciones y en realidad han cambiado la fisonomía del parque. Fue todo sin avisar, sin preguntarnos a los que usamos el parque. Fue una reforma hecha con prisas e improvisando. Tenían que gastarse un millón de euros del Fondo Local antes de que terminara el año", critican.


Se quejan de "la excesiva pavimentación del parque", la fragmentación de la pradera central (donde han puesto una zona para juegos infantiles, al sol, y sin columpios ni toboganes), o de que hayan quitado bancos. Y otras reparaciones menores que eran necesarias no se han hecho, como arreglar algunos juegos de mayores estropeados o cambiar unas farolas rotas. "Eso sí, tenemos un sistema de riego muy bueno, pero no tenemos césped", concluyen.