SUCESOS

Tres chinos reconocen que secuestraron y torturaron a otro por una deuda de póquer

La víctima no se atrevió a acudir ayer al juicio, que no llegó a celebrarse porque los acusados aceptaron penas de tres años y medio de prisión.

Los tres ciudadanos de origen chino detenidos por el secuestro de un compatriota al que reclamaban una deuda de juego reconocieron ayer los hechos, y aceptaron una condena de tres años y medio de prisión para cada uno. Además del secuestro, tuvieron que admitir ser autores de un delito de extorsión y otro de robo con violencia. También tendrán que pagar una multa de 180 euros por una falta de lesiones.

Las penas que pedía inicialmente la Fiscalía alcanzaban los 27 años de cárcel. Sin embargo, tras casi una hora de negociaciones, el ministerio público y la defensa -ejercida por la letrada Carmen Mayor- llegaron a un acuerdo que hizo innecesario celebrar el juicio. Los tres acusados -Zhengua Ye, Linghua Ye y Jinbin Huang- llevan ya trece meses en prisión provisional por estos hechos, periodo que se les descontará ahora de la pena.

El que no se presentó en el juicio, pese a estar citado como testigo, fue el compatriota al que agredieron y secuestraron los tres asiáticos. Como suele ocurrir en este tipo de casos, el temor a posibles represalias hizo que la víctima prefiriera no acudir a la vista.

El motivo que llevó a los acusados a capturar a esta persona fue una supuesta deuda de 100.000 euros, contraída durante una partida de póquer en Madrid. La víctima fue capturada en Barcelona y trasladada después a un piso de Utebo, del que logró escapar al día siguiente.

De Barcelona a Utebo

El secuestro se produjo la noche del 2 de abril de 2009, cuando Chunrong C. se encontraba en la vivienda de un amigo en la capital catalana. Los procesados se presentaron en el edificio y llamaron al timbre para invitar al hombre a tomar unas copas. Y como los conocía, este aceptó y bajó a la calle. Una vez allí, empezaron a golpearle para meterlo en un vehículo contra su voluntad, y trasladarlo a un almacén de Zaragoza.

Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los imputados, de edades comprendidas entre los 25 y 27 años, pretendían que su compatriota les abonase la deuda pendiente. Por ello, aprovecharon las tres horas del trayecto hasta la capital aragonesa para empezar a presionar a la víctima.

Una vez en Zaragoza, le quitaron todo lo que llevaba encima: el teléfono móvil, la documentación e incluso una cartilla bancaria. También le sustrajeron 2.000 euros en efectivo. Tras una primera parada en el almacén -se desconoce su ubicación exacta-, los secuestradores optaron por trasladar a su compatriota a una vivienda de Utebo.

El piso había sido alquilado por Guanyuan C., quien al parecer se lo cedió a los acusados para que pasaran unos días. La Fiscalía no había presentado cargos contra el arrendatario de la citada vivienda, ya que no ha quedado probado que actuara de común acuerdo con los procesados.

Una vez en el piso, los acusados utilizaron una cuerda para atar a la víctima, a la que torturaron para intentar conseguir que saldara su supuesta deuda de juego. Los gritos del secuestrado fueron escuchados por una vecina del inmueble, que inmediatamente dio aviso a la Policía Local de Utebo.