ruta por el canal imperial

Disfrutar del verde... y de la paella

Pasear, hacer deporte y disfrutar de los espacios verdes son pequeños placeres que no pueden saborearse todos los días, o al menos no tanto como quisiéramos.

Varias personas realizan la primera ruta andada por el Canal Imperial, ayer.
Disfrutar del verde... y de la paella
JOSé MIGUEL MARCO

Pasear, hacer deporte y disfrutar de los espacios verdes son pequeños placeres que no pueden saborearse todos los días, o al menos no tanto como quisiéramos. Nuestro acelerado ritmo de vida, la tediosa rutina y la pereza (de algunos) lo impiden. De ahí que 600 personas, según la asociación Os andarines d'Aragón, participaran ayer en la primera ruta andada por el Canal Imperial zaragozano. El sábado era la jornada ideal para caminar al lado de un cauce en el que muchos ciudadanos no reparamos, a pesar de que nos guste ver de vez en cuando a simpáticos patos nadando.

El colectivo Os andarines organizó la actividad en colaboración con el Ayuntamiento, la Federación Aragonesa de Montañismo y el campin municipal Ciudad de Zaragoza, lugar de salida y llegada. En total, los caminantes recorrieron, ya fuera con tranquilidad o al estilo profesional, 12 kilómetros, seis en sentido aguas abajo y otros seis a la inversa.

Había de todo: familias enteras, grupos de jóvenes, de amigos y mayores (hasta de 80 años) que se animaron a vivir una jornada de fin de semana de una forma diferente, previo pago de 12 euros. Eso sí, la experiencia lo valía.

Como no se puede andar sin energía, por la mañana la 'batería' de nuestras pilas es limitada, hubo un goloso (y contundente) desayuno. De 9.00 a 10.00, en la salida, se sirvió chocolate caliente con bizcochos. Seguro que después más de uno caminaba despacio por tanto azúcar...

A los dos kilómetros, los participantes reponían líquidos y azúcar con agua y dulces. El primer avituallamiento estaba instalado en los depósitos de agua de Zaragoza. Cinco kilómetros más adelante, y después de pasar por Casablanca, cruzar el puente en la calle de la Sagrada Familia y contemplar, ya en la ribera izquierda, el nuevo parque del Canal y el embarcadero, estaba la segunda parada. Más agua y frutos secos. La llegada al campin fue recompensada con un refrescante (valga la redundancia) refresco.

A las 11.25 empezaron a 'cruzar la meta' las primeras personas. Mientras reposaban en las instalaciones municipales y aguardaban al resto, el hambre y los ruidos de estómago hacían acto de presencia. No pasaba nada: había paella para todos, y se sirvió a las 13.30.

En el campin, José María Gallego, presidente de Os andarines de Aragón, se mostró satisfecho y dijo que el balance era positivo. Hasta el tiempo acompañó. Al ver la alegría de la gente, ya tenía ganas de repetir. Los participantes se llevaron una camiseta de recuerdo y un libro-cedé de músicas del Ebro.

La de ayer fue la primera ruta andada por el Canal Imperial, pero Gallego destacó que el colectivo ya ha efectuado 25 grandes andadas. Y anticipó que pronto se celebrará en Juslibol una ruta nocturna, linternas incluidas. Gallego añadió que el objetivo de la ruta, además de poner en valor el espacio verde zaragozano, era dar a conocer los depósitos de agua y promocionar el campin.

En las mesas y sillas colocadas en una amplia zona verde, la gente degustaba el arroz. Más de uno ni levantaba la vista del plato. Había quienes se trajeron fruta para el postre. Blanca Pardos estaba feliz. Era la primera vez que hacían una actividad así con los pequeños. Con el habitual cigarrito posterior a la comida, Carlos, vecino de Villafranca de Ebro, indicó que suelen salir a caminar, si bien la ruta de ayer suponía una oportunidad para estar en sitios que no habían visto antes, en alusión al Canal. A su lado Alfonso, de diez años, irradiaba alegría. Sus familiares bromeaban con que lo que más le había gustado eran los lacasitos.

Por su parte, Eloísa Murillo calificó el día de "apacible" y reconoció ser una aficionada de las andadas por la naturaleza. Comentaba a su hija y a su compañera de trabajo lo graciosos que resultaban los patos.