reventón

El día después de la gran riada

Los operarios municipales no pudieron arreglar ayer el reventón del jueves, por lo que esta vía estará cerrada hasta la semana que viene.

El reventón fue el tema de conversación más recurrente entre los vecinos.
El día después de la gran riada
ESTHER CASAS

La calle de Santa Teresa trataba ayer de volver a la normalidad tras el tremendo reventón que le afectó el jueves, a la altura del número 30. Solo fue un intento, porque el río en el que se convirtió esta vía estaba, un día después, omnipresente. Y no solo por el enorme agujero que hicieron los empleados municipales para localizarlo.

El reventón estaba en las conversaciones de ascensor, en las compras, en los bares... Y condicionó de manera directa la jornada de viernes de decenas de personas. Un bar dañado, media docena de coches inundados, trasteros con objetos inservibles... Fue un día para evaluar daños, tanto por parte de los afectados como por parte del perito municipal, que tomó nota de todo. De momento no hay un balance oficial, pero es de suponer que el Consistorio tendrá que hacer frente a varias indemnizaciones.

Durante toda la mañana, varios operarios trataron de reparar la tubería afectada. Se trata de un conducto de 600 milímetros de diámetro de la red arterial de la ciudad, que circula con agua a mucha presión para llegar hasta los barrios de Casablanca y Valdespartera. Tras excavar sobre la calzada -que había sido fuertemente afectada por la explosión-, localizaron el gran agujero que se produjo en la red de suministro. Sin embargo, no se pudo reponer, ya que no llegó a tiempo la pieza que hay que insertar para sustituir la parte dañada.

Como el fin de semana no trabajan las brigadas municipales, será el lunes cuando se retomen los trabajos. Se espera que el martes esté reparado el conducto y que el miércoles o el jueves pueda reestablecerse el tráfico en la calle, que sufrió importantes daños. Por culpa de esta espera se retrasará el corte de tráfico de la calle de Manuel Lasala por las obras del tranvía, que estaba previsto para el martes.

El suelo del bar, a cambiar

El mayor daño del reventón se produjo en el bar Sesión Continua, situado justo a la altura del punto donde salió el agua. Ayer este establecimiento pudo abrir, aunque su dueño, Narciso González, daba por hecho que "habrá que cambiar todo el suelo". "Está abombado, y eso que aún no se ha secado del todo. Cuando se seque se van a quedar con forma de tejas", apuntaba Narciso en referencia a las placas del parqué del establecimiento.

Además, las puertas de los baños y 17 sofás también resultaron dañados. "Los sofás aún están soltando agua", lamentó. El dueño del local contó que el perito del Ayuntamiento les pidió la factura del suelo y que el Consistorio, teóricamente, tendrá que pagar las indemnizaciones. González insistió en que "las brigadas tardaron mucho tiempo en llegar", aunque ayer desde el Consistorio informaron que cuando hay un reventón, los guardallaves actúan a decenas de metros del lugar para cortar el suministro, por lo que los vecinos puede que no los vean.

El otro punto afectado gravemente fue el garaje de los portales 30 y 32. Todas las plantas tuvieron charcos y agua, pero la -3 resultó especialmente dañada. La media docena de vehículos que había aparcados y los trasteros de la planta quedaron inundados con dos palmos de altura. Ayer, los vecinos sacaban sus pertenencias de los trasteros, algunas de ellas inservibles. María Victoria Meseguer, por su parte, trataba de quitar el agua con un cazo sopero del interior de su coche. "Llevo sacados seis cubos de fregona, esto es increíble", lamentó.