RELIGIÓN

"Las mezquitas se quedan pequeñas"

La Comunidad Islámica de Zaragoza quiere conseguir unas instalaciones dignas, bien en el antiguo_colegio Lestonnac, bien en otra ubicación, para resolver los problemas de espacio de los locales en los que rezan.

La mezquita de Oliver, ayer, durante el tercer rezo de la jornada.
"Las mezquitas se quedan pequeñas"
OLIVER DUCH

Abderraman Ben Chaabane cree que ha llegado la hora de que los musulmanes de Zaragoza tengan un lugar digno en el que rezar, estudiar y relacionarse. El interés de la comunidad islámica por hacerse con el antiguo colegio católico Lestonnac ha reabierto el debate sobre la situación de la decena de mezquitas que hay en la capital y que o tienen problemas de espacio o no se encuentran en las mejores condiciones para cumplir su función. "Queremos un sitio en el que ser visibles", dice.

Abderraman es tunecino, lleva 25 años en España y es el secretario y vicepresidente de la Comunidad Islámica de Zaragoza. Admite las dificultades para adquirir el colegio Lestonnac, dado su alto precio (unos tres millones de euros), ya que las vías de financiación son exclusivamente las aportaciones de los fieles. "Estamos abiertos a cualquier opción", dice en referencia a la cesión de un solar público o a la compra de otro terreno privado.

Su objetivo es resolver los problemas de los locales actuales, la mayoría alquilados (solo la mezquita de Oliver es propiedad de la comunidad). "Ahora estamos en bajos, oscuros y con problemas de humedad", afirma. "Nuestro problema es de espacio, las mezquitas se han quedado pequeñas. En Oliver se juntan más de 400 personas los viernes, la gente se queda de pie", lamenta.

Mientras los musulmanes aragoneses hablan sobre su futuro, el colegio Lestonnac sigue en venta. La inmobiliaria barcelonesa que gestiona la venta del inmueble, Fincas Feliu, admite los contactos con la comunidad islámica, pero recuerda que hay contactos para abrir una residencia de la tercera edad, una clínica o un centro educativo privado.

Y los vecinos reclaman mejoras para el barrio. "Nos gustaría que se hicieran equipamientos. Si lo quieren vender y dar otro uso hay que cambiar el PGOU y queremos que se cuente con nuestra opinión. El uso que están dando ahora los okupas es para el barrio", dice Javier Grassa, de la asociación de vecinos.

En medio de este debate, los musulmanes reclaman visibilidad y que las administraciones, sobre todo el Ayuntamiento, les traten "como a cualquier zaragozano". "Queremos que la sociedad entienda que no somos bichos raros y que no se nos tenga miedo", concluye Abderraman.