OCIO NOCTURNO EN ZARAGOZA

La Policía denuncia a 142 jóvenes en los dos primeros meses de la ordenanza antibotellón

El Ayuntamiento da por controladas estas concentraciones en la plaza de los Sitios y en el paseo de la Constitución, mientras los agentes tratan de evitar molestias en otras zonas.

La recientemente estrenada ordenanza contra el botellón ya da sus primeros resultados, tanto en las costumbres de los jóvenes como en las sanciones impuestas por la Policía Local. El nuevo reglamento, que entró en vigor el pasado 23 de octubre, ha logrado acabar con las concentraciones de jóvenes en lugares clásicos como la plaza de los Sitios o el monumento a las víctimas del Yak-42, ayudado también por el frío del invierno, que no invita demasiado a estar a la intemperie durante varias horas las noches del viernes y el sábado.

 

Desde que entró en vigor el nuevo reglamento -que en realidad es una ampliación de la ordenanza de protección del espacio urbano-, la Policía Local se puso manos a la obra, y los dos primeros meses -noviembre y diciembre-, puso 142 denuncias, 83 el primer mes y 59 el segundo.

 

Sin embargo, el objetivo de la medida no es imponer sanciones, sino tratar de evitar el botellón y, sobre todo, los efectos que a veces trae consigo, como ruidos, suciedad y, en un reducido número de casos, vandalismo. De hecho, fuentes municipales apuntan que el trabajo de la Policía Local "no es represivo", sino más bien "disuasorio".

 

Sin embargo, las denuncias que los agentes ya han interpuesto contra casi 150 chavales conllevarán sanciones de entre 500 y 1.500 euros, como el resto de las infracciones que recoge la ordenanza cívica. Este reglamento admite la posibilidad de que los jóvenes sustituyan la multa por servicios a la comunidad. Hasta la fecha, un año después de la entrada en vigor, 225 infractores se han acogido a esta opción, ayudando en lugares como la Cruz Roja, el Refugio o el comedor de la parroquia del Carmen, entre otros. La mayoría son chavales de 18 o 19 años.

El botellón no se prohíbe

Fernando Gimeno, vicealcalde de la ciudad, señala que el balance de la ordenanza es "muy positivo", ya que está logrando "eliminar los mayores focos de molestias a los vecinos". Desde que se incluye en el reglamento la regulación del fenómeno del botellón, "las concentraciones han desaparecido de las zonas habituales", destaca Gimeno, y ahora la Policía se centra en "actuar en otras zonas donde se molesta a los vecinos". "El botellón no se va a acabar porque es imposible, pero el objetivo es evitar las mayores molestias", apunta.

 

De hecho, hacer botellón no está prohibido en Zaragoza. La ordenanza sanciona estas reuniones, textualmente, "cuando impidan la circulación rodada y el tránsito peatonal, se perturbe la tranquilidad ciudadana o el derecho al descanso de los vecinos".

 

En total, la Policía Local ha puesto en el último año 2.500 denuncias por incumplimientos de la ordenanza cívica. Aunque solo 142 son por botellón -fenómeno regulado desde octubre-, muchas de las sanciones son consecuencia del mismo. Solo por orinar en la calle se han cursado 1.447 denuncias, el 56% del total.