Varios puntos de Zaragoza amanecen con restos de botellón pese a la ordenanza

A pesar de la entrada en vigor de la nueva ordenanza municipal que regula el botellón, numerosos puntos de Zaragoza volvieron a amanecer ayer con restos -en forma de botellas, vasos, cartones y bolsas- de las celebraciones juveniles propias de las noches del fin de semana.

Aunque muchos grupos de adolescentes están variando sus costumbres y prefieren reunirse en domicilios particulares, acudir a bares con precios económicos o incluso plantearse el alquiler de locales para poder beber alcohol, otros han optado por trasladarse a lugares más discretos dentro de la ciudad.

Es el caso de las orillas del Ebro, en especial la zona de la pasarela del Voluntariado, que ayer aparecía llena de basura por el botellón, la arboleda de Macanaz o la zona de ribera próxima al Náutico. También en algunos lugares como el parque de Las Delicias, el de la Granja o el de Torre Ramona, había restos que delataban las reuniones de la noche anterior. La gran extensión del Parque Primo de Rivera permite asimismo que se mantenga el botellón en sitios apartados. Otro de los puntos donde se practica de forma habitual es junto a las orillas del Huerva, en lugares apenas visibles desde la vía pública.

Los vecinos del parque de Miraflores también siguen sufriendo las consecuencias del botellón, no solo por la basura sino sobre todo por el ruido. En muchos lugares de la ciudad el botellón se mantiene aunque de forma más discreta, con grupos aislados y en general más pequeños. Es previsible que el próximo descenso de temperaturas, característico de esta época del año, sea más eficaz que la nueva ordenanza para reducir el botellón al aire libre.