TRIBUNALES

"Me golpeó por decirle que no se atrevía a detener al gitano que me acababa de robar"

Piden cinco años de cárcel para un policía acusado de romperle la mandíbula a un joven.

Los dos funcionarios, durante el juicio celebrado ayer.
"Me golpeó por decirle que no se atrevía a detener al gitano que me acababa de robar"
OLIVER DUCH

Dos policías nacionales se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por un incidente registrado hace ahora casi un año a las puertas de la sala Oasis de Zaragoza, en el que un joven al que robaron el móvil terminó siendo asistido de fractura de mandíbula. La víctima asegura que no fueron los atracadores quienes le causaron esta grave lesión, sino uno de los agentes a los que paradójicamente acudió en busca de ayuda. "El policía me golpeó con su porra por decirle que no se atrevía a detener al gitano que me había robado", declaró ayer en el juicio.

 

El abogado del denunciante acusa al subinspector José L. S. de un delito de lesiones y otro de falsedad en documento público, porque entiende que además de agredir al joven redactó un informe obviando lo ocurrido "con el único fin ocultar la verdad". Durante el juicio celebrado ayer, el letrado Javier Checa afirmó que el acusado utilizó la defensa reglamentaria "de forma absolutamente irregular y desmesurada", por lo que solicitó para él una condena de cinco años de prisión. Para su compañero, Antonio Miguel R. G., pide también una pena de cuatro años de cárcel: uno por un delito de encubrimiento y otros tres por falsedad en documento público.

 

La fiscal considera que ambos policías deben ser absueltos porque existen "dudas razonables" sobre la autoría de la agresión, que sería la desencadenante del resto de delitos que se imputan a los funcionarios. La representante del ministerio público se basa en las "contradicciones de los testigos" y en la convicción de que fueron los atracadores -a los que nunca se ha identificado, porque nadie los detuvo- quienes realmente rompieron la mandíbula al joven. Durante la vista, la víctima declaró que llegaron a abalanzarse sobre él y a darle un "bofetón" en la cara. Sin embargo, insistió en que con este golpe no le hicieron "ni sangre".

 

Para reforzar la hipótesis de que fueron estos jóvenes de etnia gitana los auténticos agresores, la fiscal recuerda que esa misma noche (9 de noviembre de 2008) se denunció otro asalto similar en el paseo de Echegaray y Caballero de Zaragoza. Las víctimas de este segundo atraco dijeron a la Policía que los autores parecían también gitanos y llevaban un puño americano.

 

Un puño americano

Durante el juicio celebrado ayer, la forense que examinó al denunciante explicó que la fractura de mandíbula es más compatible con el uso de un puño americano. Sin embargo, dijo que esta lesión también se puede causar con una defensa reglamentaria como las que usa el Cuerpo Nacional de Policía. "Siempre que a la hora de golpear, el movimiento sea de abajo a arriba", indicó la especialista.

 

Ambos funcionarios negaron la agresión y aseguraron que ni siquiera llegaron a sacar las porras. Por ello, el abogado del Estado que les asiste solicita también su absolución. Frente a esta versión, la víctima insiste en que fue atacado por uno de los agentes y mantiene que si no hubiera salido corriendo, este hubiera seguido golpeándole. "Todavía no entiendo por qué no quisieron ayudarnos después del atraco, ni por qué dejaron escapar a quienes me robaron", concluyó.