PRESENTACIÓN

Las fiestas del Pilar, al desnudo

Juan Alberto Belloch presentó ayer en El Plata las más de 500 actividades lúdicas de las fiestas, que arrancan el próximo sábado. Entre jotas de picadillo y bailes subiditos de tono, el alcalde exhortó a los zaragozanos a disfrutar del Pilar a pesar de la persistente crisis económica

La 'troupe' del Plata, durante la presentación del programa de las fiestas.
Las fiestas del Pilar, al desnudo
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Entre boas de plumas, lentejuelas y su buena ración de cachaza, Juan Alberto Belloch presentó ayer las más de 500 actividades de las próximas fiestas del Pilar a los zaragozanos. El Plata fue el marco elegido para esta peculiar puesta en escena y la justificación para el 'sarao' no fue otra sino que las fiestas, al igual que el popular café-cantante, son una fuente de "distracción, transgresión, espectáculo y alegría", en palabras del propio alcalde.

 

"De joven -y no tan joven- venía a este cabaret, pero nunca pude imaginar que un día actuaría en El Plata", bromeó Belloch ante una sala abarrotada. La flor y la nata de Zaragoza -entiéndase la nata de la sociedad zaragozana y no la que se emplea en los espectáculos del Plata- se dio cita para tomar un buen vermú regado de vinos de la tierra y acompañado de jamón -entiéndase, claro, de Teruel-. Y dado que el grueso del programa ya había sido presentado anteriormente, los presentes parecían aguardar más el momento del 'show picarón' que las informaciones sobre los nuevos escenarios, el redescubrimiento del frente fluvial o el ruego de usar el transporte público durante las fiestas.

 

En las primeras filas del café-cantante podía verse al que el día 10 será pregonero, José Antonio Labordeta, a la concejal de Cultura Pilar Alcober y, por descontado, a Jerónimo Blasco. El consejero de Grandes Proyectos recogió el testigo de Belloch, justo después de que el alcalde exhortara: "¡Que la crisis no nos amargue las fiestas, que nos hemos ganado el derecho a disfrutar!". Blasco, que calculó que las fiestas cuestan unos dos millones de euros, se deshizo en elogios a los patrocinadores y puso el acento en las decenas de actividades que salen adelante "gracias la intensa cooperación entre los ámbitos público y privado". En el tendido, arremolinados, escuchaban atentos Mariano Elhombre (de Servisar), Enrique Torguet (de La Zaragozana), Bruno Catalán (de Cajalón), Genoveva Crespo (de Ibercaja) o Fernando Arcega (de la CAI).

 

Más de 500 actos, 25 zonas de fiestas, un 40% de artistas aragoneses? Blasco vendió Zaragoza como "una ciudad magnífica para la creatividad" y, acaso para demostrarlo, arrancó tras sus palabras el 'show' grotesco y surrealista del Plata. ¿Que hay que demostrar que ésta es una tierra de crisol de culturas? Pues ahí está el jotero Julio Bellido para cantar 'La mesera de Aragón' al tiempo que Fátima hace la danza del vientre con un sable en la cabeza. ¿Que hay que demostrar que en el Pilar también habrá 'cultura de altura'? Pues las dos divas de la ópera, Valeria y Valkiria, se suben al escenario para hacer alarde de dotación y gorgoritos.

 

Jotas electrónicas, coplas de picadillo e -incluso- un animado homenaje a la fregona completaron el repertorio erótico-festivo, para deleite de unos espectadores, entre los que también se dejaron ver el consejero de Agricultura, Gonzalo Arguilé, el vicealcalde, Fernando Gimeno, o una nutrida representación municipal con Elena Allué, Dolores Serrat, Isabel López, Carmen Galindo, Teresa Heras, Míchel Zarzuela, Florencio García Madrigal, Lola Ranera y Sebastián Contín.

 

Igualmente desfilaron por el Plata gentes del mundo de la cultura como el director del Teatro Principal Rafa Campos, si bien, los que más atención mediática despertaron fueron la cantante de boleros Tamara (la buena, no la Seisdedos) y los bailarines de Los Vivancos que, aprovechando que hoy actúan en el Auditorio, también se dejaron caer por El Plata. Les acompañaba Rafael Basurto, de Los Panchos, e, incluso, corrió el rumor de que Pitingo estaba también presente en la sala, aunque -para decepción de seguidores de Llongueras- parece que aquello quedó en un bulo. O una bulería.