ZARAGOZA

Los vecinos vuelven a la calle tras la negativa del Ayuntamiento a regular la prostitución

El pleno rechazó ayer una moción del PP para regular con una ordenanza la compraventa de sexo en la vía pública

Grupos de vecinos ocuparon las esquinas para protestar contra la prostitución callejera
Los vecinos vuelven a la calle tras la negativa del Ayuntamiento a regular la prostitución
ESTHER CASAS

Los vecinos de la calle de Escosura y adyacentes salieron de nuevo anoche a la calle -por cuarto viernes consecutivo- para ocupar las esquinas en las que habitualmente se instalan las mujeres que ejercen la prostitución en esa zona del barrio de Las Delicias. La razón que les movía seguía siendo la misma: erradicar un conflicto vecinal que arrastran desde hace cuatro años y que se ha visto agravado en los últimos tiempos por las nuevas y agresivas formas que tienen las mujeres de captar clientes y que deterioran la convivencia. No obstante, ayer tenían un motivo más: la frustrante respuesta que obtuvieron del pleno del Ayuntamiento de Zaragoza, en el que habían puesto sus esperanzas de vislumbrar una solución al problema.

 

Todos los grupos municipales rechazaron ayer una moción presentada por el Partido Popular en la que se instaba a trabajar en la redacción de una ordenanza que regule el ejercicio de la prostitución en la vía pública, en la que se prohiba ofrecer, solicitar, negociar o aceptar esos servicios retribuidos en la calle. En la propuesta se planteaba también elaborar en el plazo de seis meses un plan integral de atención a las mujeres que se dedican a la prostitución, emprender campañas de sensibilización social prevención frente a la explotación sexual y sancionar a los usuarios de esos servicios sexuales.

 

Sin embargo, su petición, que coincidía con la de los vecinos, cayó en saco roto y fue rechazada por todos los partidos, que trasladaron la responsabilidad sobre este tema al Ejecutivo central. Esta postura enfadó a los miembros de la asociación vecinal Nuevo Futuro

-promotora de las protestas- y a su portavoz, Julia Langa, que abandonó el pleno defraudada y pensando que los representantes políticos "no quieren entender lo que pasa en las calles".

 

Langa había comparecido ante los concejales justo antes del debate sobre la moción. Los populares consideran que las instituciones en el ámbito nacional, autonómico y local "no pueden permanecer de brazos cruzados" frente a este problema y cada una de ellas debe aportar soluciones desde su ámbito competencial.

 

"El Ayuntamiento de Zaragoza tiene también su responsabilidad y no puede eludirla con excusas que demuestran el escaso interés que tiene el PSOE en resolver el problema", dijo Serrat. También se preguntó que "cómo es posible que otros ayuntamientos españoles hayan planteado regulaciones sobre la prostitución callejera y que el Ayuntamiento de Zaragoza no tenga capacidad para hacerlo".

 

Sin embargo, su propuesta, defendida en el pleno por la concejal popular Carmen Galindo, no coincidía con las intenciones del Gobierno municipal ni los objetivos de la oposición. El portavoz de Izquierda Unida, José Manuel Alonso, tildó de "oportunista" la iniciativa popular ya que "el problema de la prostitución siempre ha existido en otras partes de la ciudad" y opinó que tratarlo solo desde las molestias a los vecinos "es sesgado", en referencia a la desprotección social y laboral de las prostitutas.

 

Por su parte, la concejal del PAR, Elena Allué, acusó al PP de querer solucionar los problemas de la ciudad "a base de prohibiciones". El portavoz de Chunta Aragonesista, Juan Martín, opinó que "este no es un problema que se pueda resolver con disposiciones municipales".

En esta idea abundó el alcalde, Juan Alberto Belloch, que recordó: "otros ayuntamientos han fracasado en su intento de resolver el problema con ordenanzas".

 

La moción fue rechazada con 18 votos en contra, pero el vicealcalde Fernando Gimeno se comprometió a, en la medida de lo posible, hacer un "esfuerzo presupuestario" para mantener los convenios con asociaciones que apoyan a las trabajadoras sexuales.