Mañana comienzan las obras del tranvía 'de verdad'. Hasta ahora, las actuaciones en el trazado solo han sido preparatorias. Movimientos previos en los que los empleados de la sociedad Los Tranvías de Zaragoza, encargada de la construcción, han estado adecuando las calles a los trabajos futuros. Mañana, 21 de septiembre, comienzan 21 meses de cortes de tráfico y de obras a todo tren.

El Ayuntamiento de Zaragoza y la sociedad constructora han elaborado un exhaustivo plan de tráfico para intentar que las obras causen las mínimas molestias posibles a los ciudadanos. Un objetivo difícil de conseguir, al menos hasta que los vecinos, conductores y usuarios de autobús se acostumbren a la nueva situación.

Este novedoso panorama incluye un importante eje de la ciudad sellado a cal y canto. La entrada a Zaragoza de la carretera de Valencia quedará cerrado en sentido al centro, por lo que los 20.000 vehículos y ocho líneas de autobús que diariamente circulan por él tendrán que buscar nuevos recorridos. De momento, se corta la entrada a la ciudad en Vía Ibérica, Isabel la Católica y Gran Vía. El día 3 de noviembre se unirá Fernando el Católico, también sentido centro. Para colmo, las obras de cubrimiento del Huerva obligarán a cerrar la Gran Vía también sentido salida. En suma, una prueba para el tráfico de la ciudad y para la capacidad de absorción de las calles cercanas a las cortadas.

Los mayores sufridores de las obras serán, sin duda, los vecinos y comerciantes que tienen sus viviendas o tiendas en el mismo trazado del tranvía. Van a tener que sufrir las molestias que causa toda obra, aunque por un periodo de tiempo mayor al habitual. Las afecciones serán diferentes según las zonas. Algunas, como Valdespartera, salen perdiendo en los desvíos de autobús. Otras, como Gran Vía, tendrán obras más agresivas. Lo que es seguro es que todos deberán armarse de paciencia.

Manual para conocer los desvíos de las obras del tranvía