SUCESOS

Los timadores llaman a la puerta de casa

Los engaños a domicilio proliferan en la ciudad y tienen como objetivo a los más mayores. Un vecino pagó 6.000 euros por un filtro tras un sospechoso análisis de agua

Uno de los sectores a los que, desgraciadamente, mejor les va el negocio ultimamente es al de los timadores. Los engaños proliferan en la capital aragonesa, pero también en los pueblos con menor población y nivel de seguridad y de alerta ante este tipo de prácticas. Al final, las estrategias utilizadas son las ya conocidas, pero si algo se está extendiendo en este 'gremio' es el asalto directo en el domicilio familiar.

 

Buen ejemplo de ello es la imagen que ilustra esta página, en la que los propios 'vecinos' se convierten en potenciales delincuentes.

En otros casos, el operativo utilizado se mueve en los límites de la legalidad, pero siempre se aprovecha de la ingenuidad de los consumidores. Es lo que le ocurrió este verano a un vecino de Zaragoza que prefiere mantener el anonimato. Según relató a este periódico, un vendedor a domicilio le ofreció un purificador de agua y un descalcificador. Para ello, procedió a realizar un supuesto análisis del agua del grifo según el cual esta era perjudicial para la salud y le instaba a adquirir el producto. Una táctica para la que elegían a sus 'víctimas' con precisión: personas mayores o con algún tipo de discapacidad.

 

Por los dos utensilios, el comerciante le llegó a requerir 4.320 euros, cuyo pago se realizaría a través de dos entidades financieras con un interés desmesurado. La factura final ascendía a más de 6.000 euros. La empresa implicada asegura que ese tipo de prácticas no es habitual y que el vendedor -un autónomo subcontratado, dicen- ya no trabaja para ellos. Finalmente, la compañía accedió a romper el contrato que les unía al consumidor y a devolver las cuotas pagadas.

 

Actuar con precaución

En este sentido, desde la Unión de Consumidores de Aragón (UCA) recomiendan prudencia a la hora de firmar cualquier tipo de documento y recuerdan la existencia de la cláusula de desistimiento. Se trata de un derecho del comprador por el cual, en función del tipo de acuerdo alcanzado y del producto en cuestión, se puede dar marcha atrás a la compra antes de un periodo de tiempo estipulado.

 

El Ayuntamiento de Zaragoza, por su parte, quiso aclarar la semana pasada, ante el aumento de llamadas que se están recibiendo estos días, que no está realizando ninguna campaña de inspección y que el suministro de agua es el adecuado, mejor incluso que hace unos meses, por la llegada del caudal proveniente del pantano de Yesa.

El peligro de abrir la puerta

Las denuncias recibidas recientemente tanto en las comisarías de Policía como en las asociaciones de consumidores reflejan el creciente número de engaños que se llevan a cabo en los propios hogares de los estafados. Lo único que varía es el gancho con el que cazar a la víctima. Da igual que sea el agua... que el butano. Varios vecinos de la comarca de Monegros aseguran que dos individuos les han intentado timar en las últimas semanas haciéndose pasar por técnicos del gas. Tras realizar una supuesta revisión de la instalación, los dos 'expertos' les reclamaban 300 euros.

 

Se trata de una práctica que también se ha extendido en algunos pueblos poco poblados de la provincia de Teruel, según explican desde la UCA, donde han recibido varias quejas en este sentido. Como explican desde esta asociación, "en cuanto se da la voz de alarma en una zona, los delincuentes se desplazan a otro lugar".

 

Otra de las variantes utiliza el gancho de los parientes. Este verano la Policía Nacional detenía a un delincuente que se presentó el pasado día 10 de agosto a su víctima -un octogenario residente en el zaragozano distrito Universidad- diciéndole que era el familiar de unos conocidos del pueblo (Pedrola) y le solicitó una cantidad de dinero porque el coche se le había averiado y lo había dejado tirado. El anciano accedió a darle 420 euros en efectivo y el presunto estafador se fue.