SEXO EN LAS CALLES

Una nueva zona de prostitución callejera se consolida en el centro

Prostitutas en el zaragozano Camino de las Torres.
Una nueva zona de prostitución callejera se consolida en el centro
JUAN CARLOS ARCOS

Una zona de prostitución callejera de idéntico corte a la que existe en el entorno de las calles de Burgos, Ávila, Toledo y Escosura, en el barrio de las Delicias, se están consolidando en pleno centro de Zaragoza. A lo largo de la semana, pero con más intensidad durante los jueves, viernes y sábados, en las esquinas del Camino de las Torres con Cesáreo Alierta se pueden ver grupos de mujeres de origen africano que venden servicios sexuales.


Al igual que sus compatriotas de la zona de Las Delicias, su manera de trabajar es muy agresiva y abordan a los transeúntes masculinos, tanto si van solos como acompañados por otras mujeres. Una vez que se acercan, los agarran del brazo y los siguen durante un buen trecho. Algunas les meten mano sin reparo, tratando de convencerles de que se vayan con ellas.


La oferta es muy barata y por tan solo cinco euros les ofrecen una felación y por poco más de veinte un completo. El lugar donde hacen sus servicios lo tienen muy cerca: el aparcamiento de coches de Camino de las Torres. Allí, entre dos vehículos y amparados por la oscuridad de la zona intercambian sexo por dinero sin problemas.


Las chicas son muy jóvenes y permanecen en la calle durante toda la noche, recorriendo las esquinas hasta que, ya de día, como en la calle de Escosura, los chulos las recogen y se las llevan a casa, como una mercancía a la que pondrán de nuevo en el mercado en cuanto anochezca.


"Las mafias les deben estar apretando mucho, porque se les ve muy desesperadas", señala un vecino que, al igual que los de Delicias, elude identificarse.


Su territorio comprenden las esquinas de las dos avenidas mencionadas y también el tramo que llega hasta María Lostal y la entrada de Francisco de Vitoria.


En esta calle, la empleada de un pub conoce bien las andanzas de las jóvenes en la calle: "Salgo de trabajar tarde y me las he encontrado en todas las posturas. De hecho, mi coche lo aparco en el Camino de las Torres, que es donde se van con los hombres y un día me encontré un bollo en el capó porque se habían sentado en él para hacer sus historias".


"Otro día, sobre las cinco de la mañana, sorprendí a otra mujer mientras le hacía una felación a un tipo que no se cortó ni un pelo. Yo cogí mi coche, que estaba cerca de donde estaban ellos, y en ningún momento él bajó la mirada ni se le notó avergonzado o algo parecido por haberle sorprendido de esa guisa", recuerda.


La entrada al primer garaje de Francisco de Vitoria, en la acera de la izquierda, es otro de los puntos empleados por las prostitutas y los clientes. "No es raro salir a dejar los cubos de basura y encontrarte con una escena de esas. Después viene el problema de los preservativos, que se quedan tirados en el suelo, los pisas y es un asco", señala. Esta situaciones se repiten noche tras noche sin que nadie proteste. "Yo no entiendo cómo la ordenanza municipal prohíbe escupir en la calle pero no pasa absolutamente nada por practicar sexo. Creo que debería considerarse una práctica de exhibicionismo y debería estar sancionada", propone.


Hipocresía



Lo mismo dicen los vecinos de Las Delicias que viven esta situación desde hace años. "Los políticos mantienen una postura ambigua e hipócrita sobre la prostitución y no se deciden a regularla. Mientras se ha practicado en los clubes, tanto los de la calle Escosura y adyacentes como los del entorno de Francisco de Vitoria, no ha habido problemas. Pero cuando se hace en la calle, sí", explican.


Aunque también depende de qué sectores. Pignatelli, Agustina de Aragón y Conde de Aranda son otros puntos donde históricamente existe la prostitución callejera pero, como el entorno se ha considerado siempre como una zona degradada, no ha habido grandes conflictos ciudadanos. Ahora, probablemente agudizados por la crisis económica, los focos se van extendiendo y se están situando en vías que tradicionalmente se han considerado territorio de familias acomodadas, así como de negocios y despachos profesionales.