ZARAGOZA

La reforma que nunca llega

La avenida de Valencia no tiene quien la cuide. O al menos, es la impresión que le da al paseante que cruza sus pasos de cebra agrietados, o camina sobre sus baldosas de cuatro colores diferentes. Podría ser un monumento a la memoria histórica: la de cada una de las zanjas que la han atravesado para arreglos puntuales en las tuberías, o la instalación de conducciones y servicios. Pero no, es solo la consecuencia de llevar años a la espera de una reforma integral.


El proyecto ha estado encima de la mesa muchas veces: ya en 2003, Infraestructuras elaboró un informe en el que aconsejaba la reforma del vial, y cifraba su coste en 2,5 millones de euros. El año pasado, según fuentes municipales, el proyecto estuvo también en la lista de candidatos a recibir financiación estatal a través del Plan E. De nuevo, la idea quedó en agua de borrajas.


¿Qué provoca este desinterés? Vecinos y comerciantes coinciden en ver a esta vía, una arteria para el tráfico, como un lugar "de paso" más que de paseo. De hecho, el peso del tráfico sobre ella es grande: la utilizan unos 19.000 vehículos al día, y eso que el sentido sur-norte está restringido solo al paso de los autobuses y los taxis. La atraviesan, además, las ambulancias del Clínico y los coches de policía que se acercan a la comisaría de Delicias. Y en ella no hay ningún aparcamiento, ni zonas de carga y descarga.


"Es una zona de paso, poco comercial", asegura María, dependienta de una tienda de regalos de empresa y trofeos. "Nosotros vivimos de encargos de toda la ciudad, pero aquí el pequeño comercio no tiene mucho que hacer", comenta.


"Parece una zona gafada", comenta Carlos Nuño, propietario de una tienda de muebles de cocina, que llama la atención sobre el estado del pavimento. "No entiendo cómo no hay más tropezones de niños o de personas mayores, porque hay muchísimas baldosas que se mueven". Y faltan marquesinas: quienes esperan el paso del bus 38 se refugian en el garaje contiguo a su local de los rigores del invierno y el verano.


Para los ciclistas, circular por esta avenida es una auténtica carrera de obstáculos. José Antonio Herrera utiliza a diario esta vía para ir y venir a trabajar. Pero dice que "te juegas la vida". "Cuando llego a este tramo" -indica la acera delante de la comisaría de Delicias, donde es frecuente que paren los coches de policía- "me tengo que subir a la acera, porque este tramo de calzada está destrozado", dice este vecino de Delicias.


Entre dos barrios


Tal vez uno de los problemas de esta avenida radique en que está un poco 'en tierra de nadie'. De hecho, de la mediana hacia el este, pertenece al distrito de Universidad, y de la mediana hacia el oeste, al de Delicias. Pero al intentar contactar con las asociaciones de vecinos de la zona, unas remiten a otras, sin dar respuesta sobre el futuro que depara a esta avenida. Solamente José Luis Zúñiga, de la asociación de vecinos Manuel Viola, de las Delicias, se pronuncia sobre esta avenida. "Hay otras calles que necesitan mucho más una reforma, no es una prioridad". Ni siquiera los comerciantes lo ven como algo urgente. "Si empezaran ahora las obras, nos lo pondría más difícil para vender. Ya sabes lo que ha pasado en otras calles en obras, como el paseo de las Damas", opina Carlos.


No opina lo mismo el concejal de la Junta Municipal del Distrito Universidad, el popular Manuel Medrano, para quien la avenida de Valencia es "una vía de uso del distrito", afirma, y para él sí que es una prioridad la "reforma integral" de esta calle por encima de otras en el barrio. "Este año no va a haber una 'operación aceras' como tal, así que tendrá que esperar a 2010. Pero en el mes de abril, el entonces consejero de Infraestructuras, Antonio Becerril, nos prometió que se incluiría en los presupuestos ordinarios de 2010. Eso consta en las actas de la comisión, y yo lo tomo como un compromiso del Consistorio", asegura el edil popular.


Para Medrano, la reforma a acometer habría de ser "integral, porque no sirve de nada cambiarle la fachada si después vamos a tener que levantarla cada dos por tres por averías". Por ello, el proyecto que está en redacción incluye la sustitución de los saneamientos, aunque "el anteproyecto va a sufrir algunas modificaciones, y aún no se puede asegurar si la avenida mantendrá su configuración actual o se cambiará la anchura de carriles y aceras". Medrano asegura que el proyecto cuenta, al menos en la Junta de Distrito, con el apoyo del PSOE y del PAR. Mientras sale adelante, la avenida de Valencia sigue con sus baches, esperando su oportunidad para convertirse en una calle del siglo XXI.