TRIBUNALES

Piden 3 años de cárcel para una pareja que no pagó un banquete de bodas con 122 invitados

Celebraron el convite, pero no se casaron hasta 3 meses después.El fiscal les acusa de estafa porque sabían que eran insolventes.

La contratación y los gastos del banquete de bodas se terminan convirtiendo en una verdadera pesadilla para muchas parejas de novios, que además de pasar por el altar tienen que resignarse a pasar por caja y desembolsar unos cuantos miles de euros. Sin embargo, no fue este el problema del matrimonio formado por Ángel Antonio S. G. y Pilar T. C., que organizó un convite para 122 invitados en el Gayarre, pero se 'olvidó' de pagar la factura y hasta de dar el "si quiero". De hecho, las nupcias no tuvieron lugar hasta tres meses después.

 

Los dueños del restaurante reclaman a la pareja los casi 10.000 euros que dejaron de abonar por la comida y los complementos (discomóvil y barra concertada), pero el fiscal les acusa además de un delito de estafa, ya que entiende que contrataron el banquete sabedores de que su situación económica era precaria. Durante el juicio celebrado ayer, el ministerio público pidió a la juez que condene al matrimonio a 3 años de prisión (uno y medio para cada uno). La misma pena solicita la acusación particular, ejercida por el letrado Luis Pablo Herrero Pintanel, en nombre de los hosteleros.

 

La polémica celebración tuvo lugar el 4 de agosto de 2006, en los salones del conocido restaurante zaragozano, ubicado en la carretera del aeropuerto. Nada hacía sospechar a los propietarios semejante final de fiesta, ya que todos los trámites previos al festín se habían desarrollado con normalidad. "Los novios eligieron el menú y pagaron una señal de 600 euros. Se acordó que el resto, unos 9.000, se abonaría tras la celebración, como es habitual en la casa", explicó ayer una de las dueñas. Pero cansados de perseguir a la pareja y de intentar llegar a un acuerdo para saldar la deuda, los gestores del Gayarre decidieron iniciar acciones legales.

 

Durante la vista oral, la pareja aseguró que cuando contrataron la comida tenían intención de pagar, pero que luego "se complicaron las cosas". Por aquellas fechas, el matrimonio regentaba una pequeña residencia de ancianos en la capital aragonesa, pero una orden de desahucio les obligó a abandonar el local, donde también vivían, y cesar la actividad. "Nos vimos en una difícil situación: o pagábamos al restaurante o invertíamos ese dinero en reformar otro piso para mantener abierto nuestro negocio", indicaron ayer.

 

A la hora de cerrar los detalles del banquete, la pareja optó por un menú "intermedio", de algo más de 60 euros por comensal. En lugar de contratar una orquesta, optaron por la discomóvil. Y para abaratar los costes, decidieron que la barra fuera "concertada" en lugar de libre. "Si hubiéramos tenido intención de no pagar, podríamos haber elegido el menú más caro", manifestó ayer la acusada, tratando de justificarse.

Jamón por fundas de silla

Las parejas acostumbran a hacer siempre algunos pequeños retoques en el banquete nupcial antes del esperado día. Y, al menos en esto, los acusados no fueron una excepción. Como ellos mismos reconocieron ante la juez, a escasas fechas del convite, se pasaron por el restaurante para decir que querían incluir jamón serrano en los entrantes. Para cubrir este gasto, pidieron a los responsables del local que les quitaran las fundas de las sillas, por las que, según ellos, les cobraban 350 euros. Finalmente, hubo pernil y hubo fundas, sin que el establecimiento modificara el precio.

 

El abogado de la defensa, Antonio Santiago Arcas, pidió la absolución de sus clientes, ya que considera que no ha quedado acreditada la estafa. Respecto al hecho de que primero se celebrara el banquete y varios meses después la boda, el letrado reconoció que no es algo habitual, pero dijo que habían surgido "problemas de papeles". Durante su informe, insistió en que la pareja firmó el contrato con la intención de pagar, y que por eso, a la hora de elegir el menú, "se ajustaron a su presupuesto".