ZARAGOZA

Calles peatonales, pero en riesgo de extinción

Los coches están a diario aparcados en la zona de San Pablo.
Calles peatonales, pero en riesgo de extinción
j. c. arcos

A 12.00, la ciudad bulle y, e en muchas calles del Casco de Zaragoza, los peatones luchan por abrirse paso entre los coches. Lo paradójico es que se trata de vías peatonales o semipeatonales en las que en principio no deberían verse estacionados más vehículos que los destinados a la carga y descarga. Pero la realidad es otra.

 

En las calles adyacentes a Conde Aranda es difícil no cruzarse con los coches, estacionados o en marcha. En el número 24 de la calle de Boggiero, Charo y su hija, Emilia Vázquez, intentan salir de casa, pero alguien ha aparcado justo enfrente de la salida. Al lado, otra hilera de vehículos estacionados que parecen ignorar las pegatinas -tanto en el suelo como en la pared- que avisan de que la grúa ya ha pasado por allí.

"Yo misma he tenido que llamar muchas veces a la grúa porque aquí no se respeta nada, ni siquiera la salida de casa", dice Charo. "Otros cascos viejos de España están cuidadísimos, pero este está hecho una pena", se queja Charo.

 

Unos metros más adelante, en la misma calle, los automóviles aparecen aparcados en fila en series de tres en tres o de cuatro en cuatro. Están a las 12.00 y seguirán allí a las 13.00. El mismo cuadro se dibuja en Miguel de Ara o San Pablo, donde las mujeres con la compra y los niños que ya han terminado el colegio se apartan continuamente para dejar pasar a autos. "Y estos no son residentes con garaje -asegura Luis Gracia, vecino de la zona-. Estos los dejarán aquí aparcados todo el rato que puedan. La policía debería pasar más a menudo y multarles", comenta.

 

Cuantificar las infracciones por este motivo es tarea casi imposible. Los datos de la Policía Local de 2008 sí que indican que acabaron en el depósito 9.316 vehículos por infracciones, entre las que están el estacionamiento indebibo en zonas peatonales. Además, en 2.052 casos se actuó sobre coches que impedían la salida de portales o garajes. Pero las cifras son de todo Zaragoza y el dato es, por eso, demasiado general.

 

María Luisa Santafé, de la asociación de vecinos de Conde Aranda, asegura que es una lucha de los residentes lograr que el Ayuntamiento incorpore nuevas medidas para evitar estacionamientos indebidos. "Es que, además, muchas veces aparcan delante de portales y comercios, y entorpecen la vida de la gente que vive aquí", insiste. Ahora, el Ayuntamiento acaba de denegarles la colocación de unos pivotes en Agustina de Aragón, en el tramo entre Mayoral y Cerezo. También han insistido en que se señalice mejor estas zonas y una mayor actuación policial.

 

En Servicios Públicos del Ayuntamiento explican que algunas medidas no se van a adoptar en principio por diversas razones. "Los pivotes fijos pueden ocasionar problemas al tránsito de vehículos de emergencia, como ambulancias o coches de bomberos", concretan. "Los móviles, por otro lado, son muy caros y se estropean fácilmente, según la experiencia vista en otras capitales", añadieron. Por otra parte, insisten en que los responsables de Movilidad Urbana no han detectado fallos de señalización, pero animan a los ciudadanos a comunicarlos por conducto oficial si los identifican.

 

Por otra parte, Manuel Baños, presidente de la asociación de Comerciantes Casco Antiguo-Sector Mercado, va un poco más allá. "El Ayuntamiento debería tener una línea de acción para este sector parecida al de otras zonas céntricas, como las de Vitoria, Santander o Burgos. Deben poner en marcha un plan que priorice el paso de los vehículos de residentes y comerciantes, que somos los que al final acabamos teniendo problemas por culpa de otros", insiste.

"Es una tortura"

En las vías de Torre Nueva o Méndez Núñez (esta, semipeatonal) sí que se nota más presencia policial, pero el tránsito de peatones no es mucho más fluido. Muchas baldosas, que no están preparadas tampoco para la carga y descarga, están vencidas o rotas, y algunos ciudadanos se quejan.

 

Susana Alciral empuja el carrito con su bebé por Méndez Núñez un tanto agobiada. "Por dentro de los pivotes no puedo pasar, porque las tiendas tienen producto fuera y el carro no cabe. Y por este lado estoy continuamente perseguida por los coches. Es una tortura que sufro cada vez que vengo", dice esta mujer que acude varias veces a la semana a la calle por motivos de trabajo.

 

Fuentes de la Policía Local, no obstante, aseguran que conocen el problema y actúan muchas veces, de oficio o por requerimiento, por lo que lo consideran controlado. No obstante, insisten en que la colaboración ciudadana es siempre bien recibida.