ZARAGOZA

Susto en el centro de la ciudad al desplomarse parte de una fachada en la calle de Moneva

>> Una mujer que trabajaba en la zona sufrió un esguince al tropezar con los cascotes.>> La vía permanecerá cerrada porque hay peligro de que caigan trozos del alero.

Lugar donde se produjo el derrumbe
Susto en el centro de la ciudad al desplomarse parte de una fachada en la calle de Moneva
VÍCTOR LAX

Parte de la fachada y la cubierta del edificio número 5 de la calle de Moneva -entre los locales de El Calamar Bravo y La Tropicana- se desplomaron ayer a las 16.15 sin causar daños personales. La hora a la que sucedió, cuando los establecimientos permanecían cerrados, hizo que la zona no estuviera tan concurrida como de costumbre y solo una mujer que trabajaba de limpiadora en El Calamar Bravo e iba a entrar en el local resultó herida leve al salir corriendo y tropezar con unos cascotes. Con ella, se encontraba otra empleada, que salió ilesa.


La Policía Local cerró la calle peatonal pocos minutos después del desprendimiento y continuará así al menos hasta mañana porque existe el riesgo de que se caiga otra parte del alero. "El lunes se evaluarán los daños y en función de los informes, se tomará una decisión", informaron fuentes municipales. Estas añadieron que no existe peligro de hundimiento del inmueble.


El edificio afectado tenía las paredes apuntaladas y las malas condiciones de la casa unidas a las lluvias de los últimos días podrían ser las causas del desplome, según comentaron los bomberos. Fuentes de la empresa propietaria de la casa afectada, Cuarte Desarrollos Inmobiliarios, indicaron que cuando adquirió el edificio se solicitó la ruina económica dado su mal estado. El Ayuntamiento admitió esa petición para el número 5, el que ha sufrido el desplome. "Pero los inquilinos lo recurrieron ante los tribunales", dijeron.


Añadieron que esta circunstancia ha impedido que la promotora, que quiere impulsar apartamentos, haya podido iniciar las obras de derribo necesarias. "Lo que habría que hacer es vaciar la casa y tirarla, pero los propietarios de los locales no han querido irse", declararon. Al margen de esta disputa judicial, sobre su responsabilidad a la hora de garantizar la seguridad del edificio, la citada empresa subrayó que "se han hecho todas las obras de conservación que ha dicho el Ayuntamiento". Citaron la lona colocada para evitar la caída de cascotes o los puntales para asegurar los forjados. "Nosotros no tenemos ninguna responsabilidad", concluyeron.


Por su parte, el propietario de El Calamar Bravo, Joaquín Navarro, que se acercó hasta el establecimiento momentos después de lo ocurrido, aseguró que el lunes se pondrá en contacto con su abogado para valorar lo ocurrido. "Esto no estaba en condiciones, deberían haber cuidado más los tejados", añadió. Navarro pudo entrar al popular bar y comprobó que dentro no había ningún desperfecto. Los bomberos también entraron en el local vecino, el de El Pollo Bravo, pero esta vez, para sacar a una empleada que se había quedado encerrada en la cocina.


"Podría haber sido una tragedia"


El desplome causó una gran expectación en la zona. El estruendo de la caída de los cascotes y la nube de polvo posterior atrajeron a numerosos curiosos. Los vecinos coincidían en que había sido una suerte que el desplome sucediera antes de la apertura del local. "Si esto pasa a las 8 de la tarde, cuando esta calle esta a tope, habría ocurrido una tragedia. Menos mal que la gente aún no había salido de casa y como llovía la calle estaba vacía", explicaba un empresario de la zona.