ABUSOS A MENORES

"Los niños dan detalles de abusos sexuales difíciles de inventar"

Los psicólogos mantienen que los relatos de tres menores presuntamente agredidos por su padre son creíbles, aunque él lo niega

Carlos P. A., a la derecha, y Roberto A., durante la sesión del juicio celebrado ayer.
"Los niños dan detalles de abusos sexuales difíciles de inventar"
JOSÉ MIGUEL MARCO

Los informes expuestos ayer en la Audiencia Provincial por dos psicólogas y una educadora social sobre los presuntos abusos sexuales sufridos por tres niños por parte de su padre fueron demoledores. Según las entrevistas que la doctora Cristina Andreu mantuvo con los tres menores, el relato que hacen de lo que les sucedió es "muy creíble", tanto que se puede graduar como 4 en una escala de 0 a 5.

 

Carlos P. A. ha sido juzgado por la Sección Tercera de la Audiencia acusado por la fiscalía de agredir sexualmente a sus tres hijos, así como de coaccionar y utilizar a la pequeña cuando tenía 7 años para cometer tres robos en dos mesones de Bulbuente. Por estos hechos solicita 37 años y medio de prisión. También fue juzgado su primo Alberto A. A. como presunto autor de un delito de agresión sexual sufrido por el chico mayor.

 

Durante la vista se puso de manifiesto que desde el año 1995, la familia, calificada como desestructurada, había estado en el punto de mira de los servicios sociales por los malos tratos que Carlos P. A. infligía a su compañera y después a los tres niños que tuvo con ella. Esta situación cesó cuando la mujer comenzó una relación con otra persona, aunque los abusos sexuales se cometieron presuntamente durante el periodo de visitas que los críos tenían con su padre.

 

No obstante, las agresiones salieron a la luz a raíz de la lesión sufrida en un pie por la niña de 7 años al meterse por un agujero de 0,31 por 0,51 metros que el padre hizo en la pared del mesón El Parador, de Bulbuente, en junio de 2006 para que entrara a robar. A partir de ahí y las entrevistas mantenidas con los niños, se conocieron los abusos.

 

A pesar de que la defensa mantiene que los chicos fabularon esa acusación para no tener que irse con el padre ya que le tenían miedo y aversión, las tres peritos que declararon consideran que los relatos son reales. "Los niños dan detalles que salvo que uno haya estado expuesto a síntomas de abusos sexuales es imposible darlos", dijo la psicóloga. Añadió que es posible que en su relato se mezclen los malos tratos y las agresiones, pero que presentan una sintomatología típica de abuso y detallan reacciones evitativas, como protegerse con una almohada cuando les sometía a tocamientos. "El estado es de desdicha, vergüenza y tristeza", manifestó.

 

La fiscal describió al padre como una persona de carácter arrogante, soberbio y con tendencia a buscar sensaciones por encima de cualquier límite y sin sentimientos de arrepentimiento". Respecto al otro acusado, dijo que, a pesar de ser alcohólico, conocía la ilicitud de sus actos.

La defensa de Carlos P. A. mantiene que todo surge a partir de que los niños conocen al nuevo novio de la madre y se establece un patrón de odio sobre el padre y fabulan mentiras contra él. A su favor, alegó que es "homofóbico", para demostrar que no podría tener relaciones con el hijo varón. Recordó que los menores se retractaron de sus acusaciones y que en el juicio tan solo la pequeña dijo que le tocaba "por el cuerpo".