ZARAGOZA

El estudio sobre 470 escolares revela una alta frecuencia de alergias en Zaragoza

El efecto de las gramíneas o factores como el tabaquismo materno resultan decisivos.

Las pruebas cutáneas son decisivas en el diagnóstico.
El estudio sobre 470 escolares revela una alta frecuencia de alergias en Zaragoza
ESTHER CASAS

Es una epidemia del mundo desarrollado. Nuestro cuerpo reacciona ante los nuevos alimentos que consumimos, los factores medioambientales o la industria. Y como ayer destacó el gerente del Hospital Clínico Universitario, Víctor Calleja, el avance de las alergias suma afectados año tras año. "Comemos merluzas que vienen del Pacífico sur, frutas de paraísos tropicales y estamos en contacto con los compuestos de la combustión. Incluso la excesiva higiene puede ser negativa", comentó. Y con una explicación tan sencilla como esta podemos imaginar cómo nuestro cuerpo acaba reaccionando ante lo desconocido.


El problema es creciente y el servicio de alergología del Clínico lleva años buscando las causas y mejores terapias. Ahora, sus investigadores han desarrollado por primera vez un estudio epidemiológico sobre escolares aragoneses, que ha sido bautizado con el nombre de LAPIZ y en el que han participado 468 alumnos de entre 10 y 12 años (sexto de Primaria) de 14 centros escolares de Zaragoza. Estos se eligieron aleatoriamente y fueron públicos, privados y concertados.


Según explicó la coordinadora del informe, la doctora Nieves Segura, se ha constatado que el alérgeno al que con más frecuencia están sensibilizados los niños en Zaragoza es el polen de las gramíneas (23%), seguido del del olivo (18%), ambos presentes sobre todo en primavera. Además, el hongo alternaria, constante durante todo el año, afecta al 15% de estos chavales.


Al preguntar a los niños sobre si en el último año habían tenido síntomas compatibles con el asma, el 15,8% dijo que sí (en comunidades como La Rioja o Navarra es de un 8% aproximadamente) y el 39,7% también confesaron haber sufrido síntomas de rinitis.


A todos los niños se les hicieron pruebas cutáneas de alergia (pólenes, ácaros, hongo alternaria y epitelio de perro o gato), una espirometría forzada para obtener datos de su función respiratoria y una medición de óxido nítrico en aire espirado. Además, contestaron a un cuestionario riguroso.


Los resultados son más elevados de lo esperado y servirán para futuros estudios. "El porcentaje de pacientes atópicos es más alto de lo que esperábamos encontrar", aseguró Segura, que insistió en que hay factores que están condicionando la aparición de toda esta casuística. "El tabaquismo materno está influyendo decisivamente, igual que lo hacen los antecedentes familiares", concretó la doctora que añadió que no se han encontrado conclusiones relevantes cuando se estudió si convivían con animales o cuando se analizó la calefacción de los hogares. Sí que se vio que en algunos centros privados había más alergia, algo que coincidiría con las teorías del exceso de higiene.


Más de 5.500 nuevos pacientes


Este trabajo y otros muchos elaborados por este equipo, como los relacionados con los avances en la alergia al veneno de los himenópteros (abejas y avispas) o las complicaciones infecciosas de la rinitis y el asma se van a presentar en la ya tradicional reunión anual de la Asociación Aragonesa de Alergia (Alergoaragón), que se desarrollará del 1 al 5 de febrero en Sallent de Gállego. Acudirán unos 140 especialistas y se puede obtener más información en www.alergoaragon.org.


Hay mucho que seguir investigando, ya que una de cada cinco personas tiene algún tipo de problema alérgico, y la cifra va a seguir incrementándose. El jefe del servicio, Carlos Colás, concretó que su equipo atiende a unos 5.500 pacientes nuevos cada año. Aquí solo llegan los casos más graves que se derivan al especialista y, en este sentido, valoró la "buena coordinación que existe con los centros de atención primaria".


Uno de los problemas que más les preocupa a estos doctores es que muchos pacientes con rinitis no toman correctamente su medicación. El doctor Colás ha coordinado un estudio en el que, por medio de un aparato electrónico que han usado más de mil pacientes, se ha visto que solo un tercio de los afectados siguen adecuadamente el tratamiento, algo decisivo para su calidad de vida.