ZARAGOZA

El cubrimiento del río Huerva sufre un "alto nivel de deterioro" que afecta a su resistencia

La estructura de hormigón lleva en servicio 84 años y padece graves problemas de corrosión en Gran Vía y Constitución como consecuencia de la humedad y las nulas labores de conservación. El Ayuntamiento reconoce el mal estado de la solera y acaba de redactar el proyecto para sustituirla, pero no hay partida para la obra.

nEl bulevar de Gran Vía y Constitución y parte de la calzada se urbanizaron gracias al cubrimiento del Huerva en 1924.
El cubrimiento del río Huerva sufre un "alto nivel de deterioro" que afecta a su resistencia
JOSÉ MIGUEL MARCO

La solera de hormigón que cubre el río Huerva en el centro de Zaragoza padece un "alto nivel de deterioro", como reconoce el propio Ayuntamiento, y que obliga a sustituir por completo la estructura en Gran Vía y en gran parte de Constitución. El Área de Infraestructuras dispone desde el día 2 del preceptivo proyecto constructivo para demoler la vieja estructura y tender otra más consistente, pero no hay partida para acometer las obras, valoradas en 9,3 millones de euros, pese a la existencia del fondo estatal de inversiones.


Como medida de prevención, se prohíbe el acceso de vehículos pesados al bulevar peatonal desde hace cinco años, ya que los problemas estructurales se conocen desde hace una década.


Este cubrimiento data de 1924 y sufre graves problemas de corrosión como consecuencia de las humedades provocadas por el río y la nula conservación. De hecho, las vigas que lo sostienen presentan "un elevado grado de oxidación", con la consiguiente "disminución de la resistencia" que nadie se atreve a evaluar oficialmente. Así se recoge en el anteproyecto del tranvía, en el que se plantean actuaciones en los dos puntos en los que los convoyes estarán obligados a cruzar dicha solera de hormigón: entre las calles de Alférez Provisional y de Lagasca y a la altura de la plaza de Paraíso.


La descripción que hacen las ingenierías Iberinsa y Urbantran no dejan lugar a la duda, que a su vez se basan en la documentación municipal. "Se observa que las vigas del tramo presentan importantes desprendimientos del recubrimiento de las armaduras inferiores, mientras que la losa presenta importantes humedades, pérdida del recubrimiento del mallazo de la armadura inferior, y un elevado grado de oxidación del mismo".


Descripción pormenorizada


La situación llevó al departamento municipal de Conservación de Infraestructuras a desechar su reparación ante los "importantes deterioros" de las vigas y la propia losa sobre la que descansa la calle, tal y como apuntó por escrito en una memoria redactada en 2006 para sustituir el tramo inicial de Gran Vía. Personal implicado en el proyecto apuntó que las estructuras se diseñan ahora para soportar 2.000 kilos por metro cuadrado, como la construida sobre el aparcamiento de la plaza del Pilar: "No creo que el soterramiento de Gran Vía aguante en algunos puntos ni la cuarta parte de este peso".


El teniente de alcalde de Infraestructuras, Antonio Becerril, reconoció a este diario que el cubrimiento se encuentra en "mal estado", pero dejó muy claro que si supiera que corriera un peligro inminente vallaría el bulevar o acometería la obra por la vía de urgencia.


Como los técnicos son muy conscientes del problema se encargó en diciembre el proyecto constructivo para sustituir la estructura con el objetivo de lograr financiación del fondo estatal de inversiones. Sin embargo, el equipo de gobierno no ha incluido este proyecto en el listado municipal ni prevé destinar una partida en los presupuestos de este año.


Las obras ascienden a 9,3 millones, por lo que se dividieron en dos tramos para optar a la financiación estatal. Su plazo de ejecución es de nueve meses e implica pequeñas afecciones a la calzada, según Infraestructuras, por lo que se planteaba hacerlas de inmediato. De esta forma, no coincidirían con las del tranvía, cuyas vías ocuparán los dos carriles anexos al bulevar.


El concejal señaló que el proyecto, encargado a una empresa zaragozana especializada (Conavisa, del grupo Prainsa), se entregó la semana pasada. "Lo incluimos en nuestro listado de obras, por valor de 70 millones, pero Economía y Hacienda no ha recogido esta actuación. Tenía que elegir, escoger peticiones de otras áreas y llegar a todos los barrios. No nos podemos volver locos y levantar toda la ciudad", argumentó.


Becerril señaló que tampoco habrá partida en los presupuestos municipales de este año, por lo que la renovación del cubrimiento del Huerva quedará como "reserva" para próximos años. Su intención es acometer la obra en 2010 o dividirla entre el próximo y el 2011.


El problema reside en que Infraestructuras pretendía levantar la solera del Huerva al mismo tiempo que se acomete el tranvía, cuyas vías flanquearán el bulevar peatonal. De hecho, el proyecto del nuevo medio de transporte incluye la reconstrucción del cubrimiento en dos puntos en los que debe cruzarlo, por lo que lo lógico es concatenar las obras para reducir el periodo de cortes al tráfico (el tranvía sí que implica importantes afecciones). Y, sobre todo, para evitar que el metro ligero se vea afectado en el futuro por una obra que se acometerá a dos metros de los raíles. Becerril defendió que ambos proyectos son independientes y llevan su propio curso, y rehuyó valorar los efectos de retrasar la intervención.


Impacto mínimo al tráfico


La sustitución del cubrimiento no generará severas molestias. Para ello, se propone cortar el tablero por secciones, levantarlo con ayudas de grúas pesadas y en ese mismo hueco montar otra pieza prefabricada, de 14 metros de anchura y 2,7 metros de longitud. Una vez instalada la primera, las máquinas trabajarían encima para ir sustituyendo el resto del cubrimiento. Las uniones de estas piezas se harían igualmente con hormigón armado. El primer tramo afecta a la Gran Vía, entre la embocadura y Paraíso, a lo largo de 400 metros y a los 150 metros del paseo de la Constitución que distan entre Ibercaja y la calle Bruil.