ZARAGOZA

Concesionarios callejeros, en el punto de mira

Centenares de vehículos usados se venden en la calle. La Policía lucha contra este tipo de comercio ilegal, que además genera quejas entre los vecinos.

Más de 70.000 zaragozanos adquirieron el año pasado un coche de segunda mano. Una actividad que mueve millones de euros, pero que no siempre se establece en condiciones de legalidad. Ni mucho menos. Un simple paseo por las calles de la capital aragonesa permite comprobar cómo proliferan los vehículos que, aparcados varias semanas, incluso meses, se adornan con el cartel de "se vende". Los vecinos se quejan y la Policía comienza a perseguir este tipo de compra venta ante la sospecha de auténticos negocios organizados.


"Junto a los coches abandonados, y a los talleres, la venta de ocasión crea muchos problemas en el barrio a la hora de liberar el número de aparcamientos". Es el parecer, compartido por gran parte de sus homólogos, de José Luis Zúñiga, presidente de la Asociación de Vecinos de Las Delicias.


En todo caso, el sentir generalizado de los vecinos tolera a los vendedores particulares que deciden poner su automóvil a la venta. El problema, aseguran, llega cuando se convierte en un negocio generalizado que ocupa hileras completas de plazas de aparcamiento.


Para combatir esta situación, la Policía Local dispone de diferentes armas legales que ya ha puesto en funcionamiento. "Cuando vemos que puede haber un negocio encubierto, avisamos a los propietarios del teléfono que aparece en el anuncio, y se le da un plazo de 24 horas para retirar el cartel o el vehículo", explican fuentes policiales. En caso contrario, se sanciona al dueño y se retira el automóvil, en virtud de la ordenanza que regula las actividades comerciales e industriales en terreno público.


Otra opción es atacar por la vía del seguro. "No importa que el vehículo esté estacionado -confirman las mismas fuentes-, si no tiene el seguro en vigor, se le puede sancionar con una multa de 800 euros". Unas medidas que acaban con el problema en las calles más céntricas de la ciudad, pero que lo desplazan a las afueras.


En los centros comerciales


De hecho, la compra venta callejera se ha trasladado, en gran medida, a los párquines de los centros comerciales, convertidos en los nuevos concesionarios populares. Sirve como ejemplo el del conocido hipermercado de Utebo, donde ayer se podía ver una exposición de más de veinte vehículos a la venta.


Mientras desde el complejo pasan la pelota al tejado municipal, el subinspector de la Policía de la localidad, Julio Cambra, aduce vacíos legales a la hora de intervenir en este tipo de actividades. Sin embargo, reconoce que "visto que la picaresca sigue funcionando y que hay gente haciendo negocio" van a "empezar a actuar".


Algo que agradecerá el sector de la compra venta de ocasión. Según José Luis Andrés, responsable de Automóviles Andrés, estos vendedores les afectan ya que, "al no verse obligados a dar garantía, pueden vender más barato". Por eso, reclama más control, o "que paguen la licencia de venta como todos".