TRIBUNALES

Los acusados de secuestrar a un vecino de Borja dicen que miente por venganza

Los cuatro procesados, entre los que está la ex mujer de la víctima, afirman que lo hace por la custodia de los hijos. Él manifiesta que le chantajeaban y que le intentaron matar.

Los cuatro acusados de secuestrar e intentar matar a un vecino de Borja en noviembre de 2006 negaron ayer los hechos que se les imputan y aseguraron que la víctima, Carmelo R. R., miente. El motivo, según explicaron, es la mala relación que esta persona mantenía con su ex mujer, la acusada Marimar Aznar, por la custodia de los tres hijos que tienen en común y por la manutención y visitas de los mismos.


Así lo pusieron de manifiesto en el juicio que ayer comenzó a celebrarse en la Audiencia Provincial de Zaragoza los procesados Ricardo Ballestín (en aquella fecha pareja de Marimar Aznar), Jesús Aznar (hermano de la anterior) y Victoria Olalla (pareja de este último). El fiscal pide para ellos penas que suman 62 años de prisión por los delitos de tentativa de homicidio, detención ilegal, robo con violencia y amenazas. Los abogados de los acusados, Carmen Sánchez, Fernando Díaz y Ángel Tolosana, solicitan la absolución de sus clientes puesto que estos niegan cualquier relación con los hechos.


Sin embargo, Carmelo R. R., que dijo que estas personas le estuvieron chantajeando antes de secuestrarle, se mantuvo firme en su relato de lo sucedido, aunque reconoció que ha tratado de olvidar el mal trago por el que tuvo que pasar. Según su declaración, sobre la 1.30 del 18 de noviembre de 2006 cerró el bar que regenta, "El Santuario". Con él estaba otra de las acusadas, Victoria Olalla, la cual había estado los dos días anteriores tomando algo en el local.


"Me dijo que si la acompañaba a casa y, entonces, se acercaron dos hombres, que hablaban como árabe y empuñaban sendas pistolas. Nos pusieron una capucha en la cabeza. A mí me sentaron detrás. No entendía lo que hablaban y deduje que me llevaron a casa de mi ex mujer, en Maleján. Allí, me maniataron y me sujetaron a una silla y me pidieron las llaves del bar y de la alarma", declaró.


Durante ese tiempo, estuvieron pegándole en la cabeza y él rogaba por su vida. "Los dos hombres se fueron y creo que alguien se quedó, porque notaba una presencia. Cuando volvieron, me dijeron que les había engañado porque había saltado la alarma", manifestó. Entonces, lo sacaron de la casa, lo metieron en el coche y lo llevaron a un descampado, donde empezaron a golpearle otra vez.


Estrangulado con una cuerda


"Me daban patadas por todos los lados. Uno me cogió del cuello con el brazo intentando estrangularme. Entre los dos me pusieron una cuerda de tender en el cuello y tiraron. Creo que perdí la consciencia. Solo pensaba en mis hijos. Cuando aflojaron, tenía un dedo entre la cuerda y el cuello, y eso fue lo que me salvó", dijo.


En este último enfrentamiento, a Carmelo R. R. se le levantó la capucha y pudo ver a sus agresores. "Reconocí a Jesús, mi ex cuñado, y a Ricardo, la pareja de mi ex mujer. Le rogué: ¡Jesús, no me mates!", contó. Después, lo volvieron a llevar a la casa de Maleján en el coche. "Allí estaba Marimar, mi ex mujer y dijo ¿por qué lo habéis traído? ¡Ahora lo contará todo! Me lavaron la sangre y me dijeron que me inventara una historia para contar porque si no iban a matar a mi familia", declaró.


Ricardo Ballestín y Marimar Aznar lo llevaron al centro de Salud de Borja donde lo atendieron los médicos. Tanto a estos como a la Policía Local que acudió, como a su madre en la ambulancia que lo trasladó a Zaragoza relató que le habían secuestrado "unos moros" y lo habían apaleado.


Hasta el día siguiente, cuando un guardia civil fue a hablar con él, no reveló la identidad de sus presuntos secuestradores. "No me cuadraba lo que contaba. Tenía contradicciones e incurría en errores. Se lo dije y se derrumbó. Comenzó a llorar y contó lo ocurrido", explicó el agente. Uno de los policías locales que fue al centro de salud dijo que cuando habló con él estaba intimidado y que no le miraba a los ojos. Añadió que junto a su camilla estuvieron todo el rato Ricardo Ballestín y Marimar Aznar.


Estos dos últimos declararon ayer que Carmelo R. R. tocó en la puerta de su casa de Maleján a las 4.01 y que, al abrir, se lo encontraron herido. "Lo único que hicimos fue curarle y llevarle al centro de salud. Si por esto me tienen que condenar, que lo hagan", declaró Ballestín.


Mientras, Jesús Aznar y Victoria Olalla aseguraron que esa noche estuvieron en casa del padre del primero, en Zaragoza, y que a las 2.00 se fueron a la suya. El motivo de que les acuse a todos ellos es que, según explicaron, declararon en su contra en un juicio por la custodia de sus hijos, que ahora tiene Carmelo R. R.


En cuanto a las pruebas, un guardia civil aseguró que la caja del bar estaba forzada pero que no hicieron fotos porque se les terminaron las pilas de la máquina.