ZARAGOZA

Cercanías con barreras

Disminuidos Físicos de Aragón denuncia los problemas de los medios de transporte de la comunidad para las personas con movilidad reducida y asegura que la situación se agrava en el medio rural

Entre la rampa del tren de cercanías zaragozano y el andén queda un hueco de más de cinco centímetros. El espacio interior reservado para personas con movilidad reducida en el único vagón destinado a estos usuarios resulta pequeño cuando coinciden varios pasajeros en sillas de ruedas, con muletas o con un carrito de niño. El resto del convoy presenta escalones en voladizo de una altura superior a un cuaderno de cuartilla, complicados de superar para personas mayores o para los que arrastran una maleta de viaje. Los ascensores de Utebo han sufrido averías en verano.


Estas son las principales deficiencias de accesibilidad de la línea de cercanías que une Miraflores con Casetas que la fundación Disminuidos Físicos de Aragón (DFA) ha denunciado tras la realización de un estudio. Las críticas no se reducen al tren. Se dirigen también a los autobuses, a una insuficiente flota de taxis adaptados y a la situación agravada que se vive en el medio rural, donde ninguna ruta interurbana ofrece vehículos preparados.


La cita con Lorena Gracia, una trabajadora de DFA que padece una discapacidad física del 78% como consecuencia de una lesión modular, es en la estación de Miraflores. El recinto se encuentra en obras y por el camino de tierra se puede llegar con un vehículo hasta muy cerca del vestíbulo. Incidencias fruto de los trabajos.


"Mira, para empezar, la señora mayor ha tenido que descender del vagón haciendo casi equilibrios", señala Lorena cuando ve bajar a una de las pasajeras. Presta atención al peldaño de la puerta del vagón adaptado para que su muleta no tropiece ni se introduzca en el orificio que queda hasta el muelle. "Aquí también se pueden enganchar las ruedas delanteras más pequeñas de una silla normal", comenta. "Si aquí coincidimos un grupo de pasajeros con problemas de movilidad, alguna silla de ruedas y uno o dos carritos de niño no cabemos", continúa.


Lorena reconoce el avance que supone la existencia de un baño adaptado y cambiador. Aunque llama la atención sobre los dos peldaños "de considerables dimensiones" que hay que subir para llegar al resto del vagón.


En un destino como la intermodal de Delicias, Lorena tiene que echar mano del ascensor, no puede usar la rampa mecánica. "Me desequilibro, pero también tiene una gran pendiente y creo que va muy rápida", explica. Para moverse por la ciudad utiliza su propio coche, como mucho algún taxi. "Con los autobuses no me atrevo -confiesa-. Tienen que cumplir un horario y no se presta demasiada atención, si el conductor baja un poco la suspensión podría subir, pero si no imposible, y tendría que ir siempre con alguien".


El jefe de cercanías de Zaragoza, Rafael Lázaro, asegura que se ha hecho un "esfuerzo importante", y que todavía hay aspectos que se van a mejorar en el futuro. Acerca de la distancia que queda entre la rampa y el andén explica que no se puede acercar más porque "los gálibos están súper ajustados y tienen que pasar todo tipo de máquinas". La zona reservada para las personas con problemas de movilidad, que resulta ideal para quienes llevan un carro de la compra, de niño o un par de maletas, entiende que está dimensionada al convoy. El cercanías tiene una capacidad de 300 personas, y en las fechas de mayor afluencia, coincidiendo con la Expo y el Rastro, han llegado a una ocupación de 200 pasajeros.


En el caso de los ascensores de Utebo, que se quedaron parados en varias ocasiones a lo largo del verano, posiblemente por calentamiento, Rafael Lázaro insiste en que la empresa responsable de su instalación y mantenimiento ha tomado medidas para que no dejen de funcionar, y así ha sido desde finales de agosto. En cualquier caso, comenta que se estableció un "protocolo interno" por el que el interventor y el maquinista estaban al tanto de si funcionaban o no para alertar al posible afectado.


Como próximas novedades se pondrán en marcha puntos de ayuda con un teléfono junto a los tornos de cada apeadero y cámaras que permitirán conocer y controlar cualquier incidencia que se produzca.


Así las cosas, Disminuidos Físicos de Aragón hace una llamada de atención para que se tomen medidas en todos los medios de transporte y para que la futura implantación del tranvía en el eje norte-sur de Zaragoza arranque "con los más modernos y completos dispositivos de accesibilidad". El último paso sería más ambicioso: "Que los vehículos no acepten adaptaciones complementarias porque ya las incorporan, valga la expresión, en su ADN".