CEREMONIA DE CLAUSURA

Juan Alberto Belloch: "Zaragoza quiere ser una ciudad abierta para siempre"

El alcalde de Zaragoza dirigió un breve y emotivo discurso en la ceremonia de clausura de la Expo.

"Decir adiós se nos hace muy cuesta arriba"; así describió Juan Alberto Belloch la sensación después de tres meses de Expo, en la ceremonia de clausura. Como ya hiciera en otras ocasiones, el alcalde de la capital aragonesa afirmó que "el Ebro es la nueva y más hermosa calle mayor de Zaragoza": "Desde la Expo, hemos podido contemplar con una nueva mirada la Zaragoza de siempre".

 

"Hemos convertido el ser zaragozanos en un motivo de orgullo y en un impulso para perseguir legítimos objetivos", recalcó el primer edil, que se esforzó en dejar claro que, para Zaragoza, el gran proyecto de la Expo continúa en el trabajo que la ciudad va a realizar para difundir las experiencias, en la reutilización de los edificios y "en nuestra firme decisión de ser para siempre jamás una ciudad ambiciosa". 

 

Belloch tuvo un recuerdo especial para Hector Grande Álvarez, el técnico de sonido que murió en accidente laboral en la Expo. El auditorio respondió con un aplauso.


En referencia al bando que publicó con motivo de la muestra, Belloch reconoció: "Los auténticos protagonistas son los vecinos y vecinas de Zaragoza. Habéis cumplido con creces todas las peticiones que os hice, y por eso me siento orgulloso como alcalde. La ciudad ha sido la anfitriona perfecta".


"La joya de la corona -con permiso de Su Majestad- han sido los voluntarios, una impagable lección de compromiso cívico", elogió el alcalde. "Esta labor debe tener, y me comprometo a ello, continuidad en el futuro", prometió. "Sois lo mejor de Zaragoza".


"Esta es una noche como no habrá otra. Hoy decimos adiós a las personas que habéis compartido tres meses imborrables, largos y densos, como los veranos de la infancia. Recordaréis siempre con emoción y cariño el tiempo que hemos estado juntos", aseguró el alcalde, para afirmar a continuación: "Nunca nuestra ciduad tuvo un aire tan cosmopolita. Así vamos a ser. Cultivar esos lazos será una prioridad para la Zaragoza del siglo XXI, porque los pabellones han cerrado sus puertas, pero Zaragoza, no. Quiere ser una ciudad sin corsés ni complejos. Una ciudad abierta para siempre. Que así sea".