PABELLON DE EXTREMADURA

Mide tu dulzura

Así es, con una máquina traída por los extremeños, los visitantes del pabellón pueden descubrir el volumen de agua dulce que tienen en sus cuerpos. Extremadura se ha esforzado por darle una vuelta de tuerca a los métodos tradicionales para hacer llegar a los visitantes todos los encantos de su comunidad.

El pabellón de Extremadura se caracteriza por la profusa utilización del agua y del cristal. Estos dos elementos crean un espacio diáfano recorrido, en todo momento, por un río subterráneo que se puede ver a través de un suelo transparente. El agua que discurre no se derrocha, sino que se purifica y se vuelve a utilizar.


“Los mensajes del agua” es el primer escenario que encontramos nada más entrar. En esta zona hay dos pantallas con información sobre la comunidad, como que posee el 32% del agua embalsada de España, y que tiene cerca de 40 embalses en su terriorio. Al pulsar sobre una de estas afirmaciones, esta se proyecta en forma de cortina de agua que va cayendo letra por letra ante la atenta mirada del visitante. El agua de las letras cae sobre un jardín estilo zen que confiere buenas vibraciones al espacio.


Después, se continúa la visita por el “Túnel sensorial”, que está cubierto por un medio cilindro sobre el que cae una cascada de agua que luego va a parar al río artificial. Dentro del túnel se puede experimentar con el oído, la vista y el olfato. Lo más curioso tal vez sean las urnas que contienen olores típicos de la región como la jara, el tomillo o el jamón. Y a pesar de ser solo el olor, entran unas ganas terribles de hincarle el diente a una buena pata de Jabugo. También resultan divertidas las cajas en las que se pueden escuchar el aullar de un lobo o el piar de algunos pájaros autóctonos como la urraca o la cigüeña. Y por último, está el acuario virtual que permite conocer a los peces que pueblan las aguas de la comunidad extremeña, como es el caso de la tenca, cuya pesca es famosa en toda Europa.


Al salir del túnel, nos encontramos con el medidor de dulzura, una máquina en la que el visitante puede conocer el volumen de agua dulce de su cuerpo. El sujeto en cuestión debe situarse sobre un círculo marcado en el suelo bajo una barra, y agarrar con fuerza dos bastones. Así, mediante un programa de ordenador que tiene en cuenta el sexo, la altura, y la conductibilidad del cuerpo, se obtiene el porcentaje de agua que se posee. La cifra debe oscilar entre el 60 y el 80%.


Y por último, el visitante no puede marcharse sin ver el 3D que se proyecta en la sala de la burbuja. Gracias a unas gafas especiales, se sentirá como si se hubiera teletransportado a esta región de la mano de una joven que hacía tiempo que no volvía a su tierra. “¡Qué bonito!”, exclaman algunos de los espectadores cuando salen los paisajes del Valle del Jerte o algunas ciudades monumentales como Mérida. “A lo mejor en Extremadura descubres que tú también eres agua dulce”, concluye el vídeo que incita a planear una escapada a estas tierras en las que aunque no lo parezca, tienen la pluviometría más elevadas de España.