REPORTAJE

Un puente para repensar

Más de un millón de personas han pasado ya por la Exposición del Pabellón Puente, que a pesar de estar situada en un lugar de transito, parece haber calado en las mentes de los visitantes. Hacemos un repaso de los contenidos de la mano del responsable de su guión científico, Carlos Fernández-Jáuregui.

“El objetivo que pretende conseguir esta exposición, cuya creación llevó cerca de dos años de trabajo, es concienciar a la gente de que nos hallamos en una crisis de gobernabilidad del agua y, al mismo tiempo, de que ésta debe convertirse en un derecho humano real”, explica el responsable de los contenidos. Alberto Crespo Milliet, Pilar González Meyaui y Fernández-Jáuregui fueron los encargados de elaborar el guión científico que luego fue diseñado por la empresa Ralph Appelbaum, que entre otros proyectos ha llevado a cabo la biblioteca de Bill Clinton y el Museo de Ciencias Naturales de Nueva York. Sin embargo, en la exposición actual apenas se muestra un 40% de los contenidos del guión original, aunque hay que tener en cuenta que las obras del puente imaginado por la siria Zaha Hadid se finalizaron apenas unos días antes de la inauguración de la Expo.


El recorrido por la exposición es un paseo por un mundo de pantallas gigantes y mensajes contundentes sobre la grave situación del agua en el mundo. El agua es un recurso único, y está distribuido de manera irregular en el tiempo y en el espacio lo que ocasiona diversos problemas de acceso. Es la llamada Crisis del Agua en la que nos hallamos sumergidos. “Esta crisis se debe a que no existen autoridades del agua neutrales al más alto nivel que gobiernen este recurso. Las leyes de recursos hídricos están obsoletas y no reflejan el avance del conocimiento”, indica Fernández-Jáuregui. Desde los organismos reguladores se toman decisiones arbitrarias respecto a las cuencas hidrográficas que no tienen en cuenta el valor social, religioso, cultural y económico que posee el agua en las diferentes culturas. “Por ejemplo, el sentido religioso del Ganges no es el mismo que el del Ebro, y al mismo tiempo, el agua es algo que inicia a un individuo en la religión cristiana, y que a su vez resulta también muy importante en el Islam”, aclara Fernández-Jáuregui.


La afirmación de que el agua escasea en el mundo es falsa, lo que ocurre es que su distribución deja mucho que desear, sobre todo en los países pobres en los que faltan infraestructuras. “Cada tres segundos muere un niño en el mundo por problemas de acceso al agua, y más de 200 millones de personas no tienen acceso a agua de calidad”, señala el responsable del guión científico. La exposición del Pabellón Puente intenta hacernos “Repensar” sobre el uso que le damos en nuestra sociedad a este preciado bien. Para ello, se han instalado unas pantallas interactivas al final del recorrido, donde cada visitante puede medir, según sus hábitos, el agua que consume cada día y compararlo con otros países. Esta es la parte más divertida y la que más gente congrega. Allí, pequeños y mayores se afanan por saber su gasto, y en principio, concienciarse de intentar consumir menos agua.


Aunque esta idea parezca un poco utópica, lo cierto es que la mentalidad de algunos visitantes cambia después de ver esta explícita exposición, y así lo dejan patente en el paseo de las firmas que cierra el pabellón. Allí todo el mundo puede dejar una frase para el recuerdo. “El Pabellón Puente nos ha hecho pensar y reflexionar. ¿Servirá de algo más?”, apuntó en su día sobre la pared una visitante llamada Eva. Esta es la pregunta que puede revolotear en las cabezas de muchos.