DISEÑO GRÁFICO EN LA EXPO

Mensajes que saltan a la vista

Entran por el ojo e informan, ayudan o persuaden. Logotipos potentes, atractivos carteles e infografías que hablan por sí solas son algunos de los elementos gráficos que representan la Expo, orientan a los visitantes y transmiten el contenido de los pabellones.

Samuel Negredo (HERALDO.es)

Aunque no lo veamos, el diseño gráfico siempre está ahí y nos facilita la vida. La Expo no es una excepción; más bien, un ejemplo de libro. La sociedad Expoagua y los responsables de la imagen y la expografía de los participantes han puesto todo su empeño en lanzar miles de impulsos, de pequeños mensajes con algo en común: no son solo decorativos, sino que tienen una función. Siempre.


Regular los flujos de personas, ayudar a encontrar los pabellones y servicios y persuadir de la necesidad de un consumo de agua responsable a todos los niveles habría sido una labor impensable sin rótulos, colores, paneles y fórmulas innovadoras de trasladar la información a los visitantes.


El uso de pictogramas que todo el mundo comprende (los dibujos que remiten a 'aseos', 'información', 'quiosco'...), textos bien jerarquizados (no es fácil rotular en tres idiomas) y un código de colores con suficiente contraste facilitan las cosas. Además, algunos pabellones han alcanzado el equilibrio entre la diversión vacía y la sobreabundancia informativa.

Textos e ilustraciones


El pabellón de Naciones Unidas, con una afluencia modesta, transmite su mensaje a través de carteles de afamados artistas y diseñadores. Es todo un lujo poder contemplar, por ejemplo, trabajos de creadores de la talla de Milton Glaser, responsable del celebérrimo "I love NY". A medio camino entre el arte contemporáneo y el lenguaje de la publicidad, conciencian sobre la necesidad de revisar nuestros hábitos de consumo.

La plaza Ciudades de Agua también es un festival del diseño gráfico. Desde el gran mural de 'píxel art' del grupo Eboy que decora la columna vertebral de la exposición (lástima que la superposición de elementos impida disfrutarlo del todo) hasta los dibujos con estilo de cómic, el original recinto es carne de revista de tendencias. Sin embargo, el hilo conductor es el hombre gota, un interesante concepto visual que acompaña al visitante a lo largo del recorrido y cuya transformación es un extraordinario mensaje.


El texto también puiede ser una herramienta eficaz, siempre que los mensajes estén bien construidos. En el caso de la plaza temática de Agua Compartida, la presentación gráfica refuerza la contundencia de lo que se comunica, pero los visitantes pueden acabar algo saturados de lectura si no se lo toman con calma.

Mostrar, no contar


Como ya demostró Al Gore en sus conferencias sobre el cambio climático, recogidas en el documental "Una verdad incómoda", la infografía es una herramienta persuasiva de primera a la hora de concienciar a una sociedad atiborrada de impulsos.


Conocedor de esta herramienta, el pabellón de Francia ha instalado al comienzo de su recorrido unos gráficos animados que explican de un vistazo el crecimiento de la población mundial, la distribución y la extracción del agua. Los pictogramas también son protagonistas en los juegos divulgativos.


Cada vez son más los países que, a la hora de plantear con profesionalidad sus contenidos expositivos, se suben al carro del "Show, don't tell" (que podría traducirse por "no me lo cuentes, enséñamelo"). El pabellón de Portugal, que cuenta con uno de los diseños más vanguardistas del recinto de Ranillas, navega entre lo lúdico y lo educativo con un juego en el que se eligen con gestos las prioridades de actuación con el agua. Después, las respuestas aparecen representadas 'en directo' con barras y colores.


De una forma distinta, el pabellón de China también echa mano de los gráficos para explicar sus contenidos. Además de los inevitables mapas hidrográficos, especialmente logrados en este caso, también se puede ver una ilustración con las fallas arqueológicas de un yacimiento, en el que el paso del tiempo se representa con personajes vestidos con trajes de la época. Rigor y diversión al mismo tiempo.

Dejan marca


A la hora de identificarse desde el exterior, muchos pabellones han optado por adoptar la marca que les identifica en sus promociones turísticas. Es el caso de casi todas las autonomías y también el de países como México, Turquía u Holanda (naranja, cómo no), entre muchos otros. Sin embargo, una buena nómina de participantes ha optado por diseñar un logotipo especial para la muestra.


Por ejemplo, Galicia ha transformado la fórmula del agua y ha construido un G2O, y Murcia ha optado por insertar la leyenda MU EX 08 en un vaso. El "Wunderbar" inscrito en un bocadillo azul de cómic ha ganado fama para Alemania, mientras que Austria, sin comerse mucho el coco, ha optado por jugar con el concepto de gota.


Dinamarca acierta al llevar la metáfora de los círculos hasta sus últimas consecuencias: no se limita a decorar la fachada, sino que configura así sus contenidos, e incluso los folletos son redondos. Por su parte, Zaragoza transforma la parte final de 'pabellón' en un símbolo de energía, aludiendo al momento histórico que vive la ciudad.

La gota zeta


La tarjeta de presentación de la Expo 2008 es su logotipo, que ha ido mudando conforme avanzaba el proyecto. En la fase de candidatura, dos formas onduladas paralelas contenían el texto 'Pro Expo Zaragoza 2008'.


Una vez que se conoció la feliz noticia de que Zaragoza era la sede elegida, se cambió la marca por una similar a la actual, que ya utilizaba la familia tipográfica Franklin Gothic (todo un clásico, que podemos ver en todos los materiales de promoción) sobre un cuadrado con la imagen de un torrente de agua.


Sin embargo, a la hora de trasladar el logo a soportes de lo más variado y de iniciar la comunicación de la Expo al gran público, se optó por la Z formada por una gota de agua, que ofrecía más posibilidades incluso en blanco y negro. Y así será recordada.