PABELLÓN DE... JORDANIA

Un país en cuatro colores

La ciudad de Petra es el mayor reclamo turístico de Jordania, este enclave monumental es fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995 y forma parte de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo. Como no podía ser de otra forma al cruzar la puerta del pabellón jordano la palabra que viene a nuestra mente es Petra puesto que las dos hojas abiertas muestran la imagen del “Tesoro”, uno de los edificios más conocidos de la antigua ciudad, visto desde el final del estrecho cañón que lleva hasta allí.


Sin embargo, una vez dentro, se puede comprobar que Jordania es mucho más. Una gran pantalla muestra imágenes del país al ritmo de la música tradicional. Comprobado, a rasgos generales, lo que este país de Oriente Próximo nos puede ofrecer, comenzamos un recorrido sobre la arena del desierto que nos guiará por el recinto hasta descubrir los cuatro colores de Jordania.


Rojo, como la arena del desierto

Las imágenes del espectacular Wadi Rum, el desierto rojo de Jordania recuerdan que la escasez de agua es una constante en este país. Camellos, vasijas y trajes tradicionales decoran el recorrido por el protagonista de películas como “Laurence de Arabia”. Y tras el desierto, por supuesto Petra, objeto de atención de innumerables objetivos que fotografían las grandes imágenes como si se encontrasen ante la mismísima “calle columnaza” de la ciudad.


Azul, como el Mar Rojo

Aqqaba es una de las ciudades más conocidas del país y ha vivido un gran desarrollo turístico en los últimos años. El Mar Rojo y su arrecife de coral, situado a 100 metros de la costa, es el paraíso de submarinistas y amantes del mar. Las bellas imágenes de peces de colores y distintos deportes acuáticos explican porqué esta zona del país ha vivido este gran despegue.


Blanco, la sal del Mar Muerto

Jordania sufre escasez de recursos hídricos, y sin embargo sus costas bordean dos mares. El Mar Muerto es uno de ellos, y su alta salinidad, un 26% más que cualquier océano no permite la vida en sus aguas. Sin embargo es un gran reclamo turístico y sus grandes recursos minerales.


Verde, el valle del río Jordán

Los 320 kilómetros de este bíblico río recorren parte del país y tiñen de verde su recorrido. El agua que nace dulce vierte sus aguas al Mar Muerto y su gran salinidad hace que los últimos kilómetros de agua “dulce” estén casi tan salados como los del mar.


Junto a los atractivos turísticos del país, Jordania ha querido mostrar como lucha contra la escasez de agua. El trasvase de agua del Mar Rojo al Mar Muerto es un proyecto que trata de evitar la constante disminución del nivel del agua del mar y ayudará a irrigar un país sediento. El agua es un problema en esta zona del mundo desde hace siglos. Las canalizaciones de Jerash protagonizan parte del pabellón y son obra del siglo I y II D.c.


La artesanía y los productos termales son la atracción del pequeño bazar que se encuentra a la salida del pabellón donde quienes lo desean pueden ver como se tiñe la arena de colores para hacer bonitos objetos decorativos. Además se venden productos realizados con sales del Mar Muerto muy famosas por sus propiedades terapéuticas y cosméticas.