ZARAGOZA

Desalojan una nave donde vivían una veintena de rumanos en La Almunia

Las máquinas del Ayuntamiento derriban tres cabañas ocupadas que no estaban en condiciones de habitabilidad. En Épila, el propietario de otra finca sigue esperando.

La Guardia Civil procedió ayer al desalojo de una nave y varias casetas que habían sido ocupadas por una veintena de temporeros rumanos en La Almunia. Por otra parte, los propietarios de otra nave agrícola de Épila esperaban ayer la orden para desalojar a otra veintena de rumanos y búlgaros que hace una semana se instalaron en la finca.


Como ocurre en todas las campañas agrícolas, la presencia de infraviviendas sigue siendo un hecho. La entrada en la Unión Europea de Rumania y Bulgaria permitió que los ciudadanos de estos países puedan residir legalmente en cualquier estado comunitario. Aunque encontrar un trabajo por cuenta ajena es más complicado, sobre todo si no disponen de un contrato.


Esta situación hizo que el pasado año, los problemas con los alojamientos para temporeros se repitiera a lo largo de toda la campaña. Este verano, las incidencias han sido menores, aunque siguen existiendo, sobre todo en la comarca de Valdejalón.


Los agentes de la Guardia Civil tuvieron que desalojar ayer una nave particular y varias casetas, que fueron derribadas con una pala del Ayuntamiento. Sus propietarios habían pedido que se hiciera ante el grave peligro en el que estaban. "Eran lugares que no tenían unas condiciones mínimas de habitabilidad. Era un peligro que estuvieran allí", apuntaba Jesús Pérez, concejal de Servicios y Obras del Ayuntamiento de La Almunia. Las casetas eran de adobe y piedra y los techos apenas tenían tejas.


La mayoría de ellos estaban en la nave más grande, ubicada en la carretera que une La Almunia con Calatorao. Los agentes procedieron al desalojo sobre el mediodía de ayer. Según informaron desde la Delegación del Gobierno en Aragón, el desalojo fue totalmente pacífico y no hubo ningún altercado. De hecho, ni siquiera tuvo que intervenir el Grupo Rural de Seguridad (GRS).


Pendientes de la orden


Los inmigrantes que se asentaron en una antigua granja de terneros de Épila continuaban ayer allí, mientras el propietario esperaba que se diera la orden de desalojo, algo que podría ocurrir en las próximas horas. Los rumanos y búlgaros que ocuparon la nave hace una semana aseguraron que buscan trabajo en la recogida de fruta, pero no encuentran.


El encargado de la explotación agrícola La Gabarda denunció el pasado 13 de agosto ante el Juzgado de Instrucción número 2 de La Almunia esta situación.


"Tenemos intención de quedarnos un par de días más para ver si encontramos trabajo, aunque si nos dicen que nos vayamos antes, lo haremos", comentaba Catalin Yosif, un rumano de 19 años. Aseguraba que si en ese plazo no encontraban un empleo, marcharían a Valencia en busca de trabajo.


A mediodía, dos de las mujeres que estaban en la nave (una de ellas embarazada) cocinaban la comida, mientras los hombres que no habían marchado al pueblo merodeaban por las inmediaciones.


En el interior de la nave, una decena de colchones convivían con una vieja nevera, una cocinilla, una bombona de butano y algunos utensilios de cocina y garrafas de agua. Los inmigrantes aseguraban que no había ningún niño, aunque los pañales usados tirados en el exterior y la ropa de bebé tendida les delataban. De hecho, sus vecinos de nave, una familia búlgara, confirmó que estos sí vivían con menores.


Según explicó Manuel Florián, otro rumano de 18 años, él y sus compatriotas acudieron a Épila porque habían oído hablar del lugar y de que podrían encontrar trabajo. Y su situación no es la única en la comarca. En un transformador abandonado, malvive otro grupo de temporeros. En Alfamén, en la comarca de Campo de Cariñena, la situación se repite.