Siti Suhaila: “Aquí los hombres pasean los carritos de sus bebés”

¿Siempre se ha dedicado al mundo del espectáculo?

Sí, en Kuala Lumpur trabajo en el Parque de la Cultura, que es un gran bungalow construido al estilo tradicional donde cantamos y bailamos una serie de artistas para demostrar la cultura malasia a los turistas. También hacemos teatro y juegos antiguos.

¿Cómo acabó en la Expo?

Fuimos elegidos entre un montón de grupos de Malasia, la verdad es que hemos tenido mucha suerte con esto. Hemos estado un mes entero, pero este lunes ya tenemos que volver.

Canta en español durante el show, ¿dónde lo aprendió?

Tres meses antes de venir a Zaragoza dimos clases de español. Hemos aprendido lo básico, pero por lo menos sé lo que digo cuando canto y sé responder cuándo la gente me hace preguntas. Queríamos aprender bailes tradicionales españoles, pero en Kuala Lumpur no había un sitio donde nos pudieran enseñar.

Lleva un traje muy laborioso, ¿cuánto le cuesta ponérselo?

Durante el espectáculo me cambio tres veces de vestuario, así que tengo que hacerlo en cinco minutos. Y el peinado hay veces que me lo pongo yo sola, pero si hay alguna compañera libre me ayuda.

¿Qué hace cuando sale de trabajar?

Visito la ciudad, quiero hacer muchas fotos para enseñárselas a mi familia cuando vuelva, sobre todo del Pilar y de los monumentos de Zaragoza. Pero también vamos de compras por el centro, nos gusta mucho Zara. Lo único es que no suelo trasnochar porque me tengo que levantar temprano, a las 7 de la mañana.

¿Y por qué tan pronto?

Porque cocino para algunos de los miembros del pabellón, así tengo un sueldo extra y no me importa hacerlo, me gusta cocinar. Además, son cosas fáciles, comida típica malasia.

¿Ha podido ver otros pabellones?

Sí, he visto Corea, Tailandia, Japón, Indonesia, India y Nepal, entre otros. Pero sobre todo quería ver éstos que son los que más relación tienen con Malasia.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de España?

La gente, que es muy educada, por ejemplo, los coches se detienen cuando cruzas, mientras que en Malasia solo se puede cruzar por donde hay un semáforo, y solo si está en verde. También me extraña que los visitantes vengan con niños a la Expo, en Malasia los dejarían en casa. Además, los padres también pasean el carrito de los bebés, eso no pasa en mi país, aunque me parece estupendo que lo hagan, desde luego. También me sorprende que la gente sea tan cariñosa en público, las parejas se dan abrazos y besos por la calle.